ANTECEDENTES DEL ANTICHILENISMO EN LA CASA ROSADA: UNA REVELADORA CARTA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO A BARTOLOMÉ MITRE
-ampliado y actualizado en diciembre de 2004-
LOS CÉLEBRES ESTADISTAS ARGENTINOS DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO Y BARTOLOMÉ MITRE VIVIERON EXILIADOS EN CHILE DE LA TIRANÍA DE ROSAS. SIN EMBARGO, CUANDO AMBOS LLEGARON EN DISTINTOS PERÍODOS A LA PRESIDENCIA DE SU PATRIA, SE COMPORTARON COMO VERDADEROS ENEMIGOS DEL VECINO, FOMENTANDO EL EXPANSIONISMO PLATENSE Y LAS ALIANZAS CON PERÚ Y BOLIVIA EN CONTRA DE CHILE. ESTA CONTROVERTIDA CARTA, ATRIBUIDA A LA PLUMA DE SARMIENTO Y DIRIGIDA A MITRE, EXPLICARÍA EN GRAN MEDIDA LAS RAZONES NO SÓLO DE SU ACTUACIÓN, SINO TAMBIÉN LA DE TODA LA HISTORIA DE LAS RELACIONES EXTERIORES ENTRE CHILE Y ARGENTINA DURANTE LOS ÚLTIMOS DOS SIGLOS
Carta de Sarmiento a Mitre: una abyecta confesión expansionista
Los argentinos Domingo Faustino Sarmiento y Bartolomé Mitre están considerados entre los fundadores del movimiento americanista y máximos cultores del mismo en Chile, ya que fueron los difusores de este sentir en Santiago durante su permanencia en Chile, como exiliados de la dictadura de Rosas. En dicho período, tanto Mitre como Sarmiento seguían siendo sumamente respetados en Chile y se llegó a estimar como grandes amigos del país.
La siguiente, sin embargo, es la carta completa que el entonces Presidente saliente de la Argentina, Domingo Faustino Sarmiento, habría enviado a su discípulo favorito, Bartolomé Mitre, quien aspiraba a retornar a la Casa Rosada en las elecciones presidenciales de 1874 que, a la sazón, estaban en plena campaña (y que fueron ganadas por el ex ministro de Sarmiento, Nicolás de Avellaneda). Los destacados son nuestros:
Buenos Aires, Argentina, 10 de Enero de 1874
Señor, General, don Bartolomé Mitre PRESENTE
Mi apreciado Bartolomé:
Próximo a terminar mi mandato y desde la más alta investidura que nuestra patria pueda darle a un ciudadano, me pides que te indique, en carta anterior, cuáles podrían ser tus objetivos inmediatos si resultaras vencedor en la contienda electoral que se avecina para reemplazarme en el cargo. Créeme, Bartolomé, que en este instante no te hablo en mi calidad de Presidente de la Nación Argentina, sino como un amigo que mucho te quiere y que no desea ver frustradas tus intenciones, en el posible caso que triunfases ante tu contendor, el señor Avellaneda.
Bien sabes que fui fundador de las Escuelas Militares y Naval de nuestro país; acéptame, entonces, que te hable en este tono muy semejante al que usa un maestro cuando se dirige a su alumno predilecto.
Los argentinos tenemos problemas interiores que son nuestros solamente, típicos porque somos una nación señera y distinta a todas las demás. Por tanto, lo que debe importarle a un gobernante argentino, es la forma como conducirá las relaciones exteriores. Para ello, Bartolomé, debemos tomar en cuenta una sola cosa y mirar hacia un solo objetivo, ¡nuestro destino histórico!
Al otro lado de los Andes hay un pueblo lleno de soberbias, al que no se le puede convencer mediante razonamientos. Ellos no aceptan que Argentina tiene que ser el rector de Sudamérica. Nosotros debemos convencerlos por otros medios. A ese país no se le puede tratar con argumentos o palabras. Hay que tratarlo con hechos consumados e irreversibles. Para Chile -lo habrás comprendido- existe un sólo predicamento valedero: ¡la fuerza!
Te advierto que frente a ese país hay que actuar con astucia, cautela y lentitud. Recuerda que conozco muy bien el pensar y sentir de los chilenos. Si resultaras elegido Presidente de la República, tendrías que soslayar muchos problemas interiores. Cada vez que se te presenten esos problemas, yo te aconsejo que sacudas el alma del pueblo argentino y lo hagas mirar hacia Chile, en especial hacia su extremo sur. Allí, exactamente, está la llave maestra que nos abrirá las puertas para presentarnos ante el concierto internacional como una nación destinada a regir y no a ser regida. Al sacudir a tus compatriotas, que también son míos, lograrás solucionar cualquier dificultad interna. No olvides, Bartolomé, que Chile tiene problemas con otros pueblos vecinos. Nosotros pusimos lo nuestro para que dichos problemas se agravasen, porque, te repito, ante el chileno hay que ser astuto.
Cuando la patria argentina está en juego y cuando nuestra misión histórica se encuentre en peligro, no tenemos derecho a ser sentimentales. Debemos actuar sin contemplaciones. Mientras un gobernante argentino piense así, todos sus problemas interiores desaparecerán. No lo olvides nunca.
Si llegas a la Presidencia de la República, ocúpate del militar que hay en ti. Deja que otros se ocupen de los legalismos. Te repito: acciona y después espera. Frente a los hechos consumados cualquiera tiene que inclinarse.
Creo que has entendido lo que quise decirte.
Te desea felicidad y buena suerte tu amigo de ayer y siempre.
(firma) DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO Presidente de la República Argentina (Confidencial)
¿Es auténtica esta carta? Pruebas, opiniones y hechos
La carta reproducida arriba ha sido objeto de algunos debates y discusiones sobre su autenticidad. Por un lado, están quienes la consideran apócrifa, como es la opinión del distinguido ex diplomático y miembro de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, don José Miguel Barros.
El principal argumento de los detractores es que Sarmiento muy rara vez empleaba por el escrito el "tú" para dirigirse a Mitre, incluso en su correspondencia personal. También se alega que nadie ha detallado la ubicación de la carta original, dada conocer en Chile muchos años después de producida, en pleno siglo XX, y que en la Argentina se la considera también como un documento falso, incluso entre los no pocos críticos y detractores de Sarmiento.
Por el otro lado, están autores como el Coronel Manuel Hormazábal González y el Almirante Rafael Santibáñez Escobar que, entre otros, aseguraron la autenticidad del documento, teniendo a su favor el haber conocido información de valor confidencial en su condición de ex uniformados destacados en altos estudios militares (Santibáñez dio a conocer también la famosa y sorprendente Declaración Expansionista de los Almirantes Argentinos, recogida por organismos de inteligencia militar y posteriormente hecha pública en Chile). A favor de ellos se podrá agregar que tampoco se sabe del destino de los originales de varias otras cartas famosas de Sarmiento a las autoridades argentinas de la época, y que fueron conocidas sólo por ser publicadas en medios de prensa de la época.
Además, a la fecha señalada por la carta (1874), habían pasado sólo tres meses desde que su autor, el 26 de septiembre de 1873, decidiera reincorporar a la Argentina a la senda del cuadrillazo aliancista antichileno con Perú y Bolivia, al tiempo de mantener el proyecto en secreto y seguir ofreciéndose amistosamente para negociar con la diplomacia chilena una salida a la cuestión de la Patagonia, de modo que el tenor de la carta no parece estar lejos del tránsito psicológico por el que pasaba Sarmiento, en aquel momento, con respecto a Chile.
Sin embargo, hay una prueba muy poderosa en favor de la autenticidad de esta carta: Hacia 1955, hasta poco antes de ser derrocado Juan Domingo Perón por Eduardo Lonardi, circuló en Argentina un curioso compendio ligado al Grupo de Oficiales Unidos o "GOU" y titulado ostentosamente "Perón Acusa", que constituyó uno de los varios panfletos que corrieron discretamente en los cuarteles argentinos durante aquellos años de fervoroso nacionalismo militarista. En él figuraban declaraciones tomadas de varias fuentes históricas de ese país, ordenadas dentro de un texto cuya intención era, precisamente, desprestigiar a Lonardi y a sus aliados políticos. Recuérdese que ambos generales tenían acceso privilegiado a los archivos secretos del Ejército argentino, habiendo participado de un bullado escándalo de espionaje contra Chile hacia fines de los años treintas, cuando ocuparon sucesivamente el cargo de agregados militares en la Legación de la Argentina en Santiago.
Pues bien: aparecerían allí también, en la selección de textos, las más famosas cartas de Sarmiento a Mitre, incluyendo ésta de 1874 que hemos reproducido, y casi como contraste con la escrita treinta años antes desde su exilio en Chile, que exponemos más abajo.
Tras confirmar la existencia de esta carta en "Perón Acusa", el ex Senador radical chileno y uno de los fundadores de nuestra Corporación de Defensa de la Soberanía, don Exequiel González Madariaga, la leyó durante una conferencia sobre aspectos internacionales en el Aula Magna de la Biblioteca Nacional, los días 19 y 22 de abril de 1968, provocando gran impacto en la opinión pública de aquellos días... A la sazón, ya estaba instalado un gran retrato de Sarmiento en la Sala de la Dirección de Grandes Archivos Rotativos Chilenos, de la misma casa bibliotecaria.
Una carta anterior: la doble faz de Sarmiento
La siguiente carta (resumida), primera entre Sarmiento y el entonces joven Mitre, ha sido ampliamente difundida por los historiadores acólitos de la fraternidad americana y presentada como prueba del supuesto amor hacia Chile que animaba a estos dos hombres, explotando, además, esa oscura y vergonzosa necesidad de algunos compatriotas por escuchar elogios de extranjeros y creerlos ciegamente.
La reproducimos a continuación para contrastarla con la actitud real que tuvo Sarmiento hacia Chile, entre 1873 y 1874, al acercarse voluntariamente al Perú y a Bolivia para solicitar la propuesta de ingreso a la Alianza de Guerra que estas dos naciones le había ofrecido con anterioridad, manifiesta en su carta a Mitre anteriormente reproducida. Dice allí el ilustre autor de "Facundo":
Santiago de Chile, 15 de Noviembre de 1844
Señor Don Bartolomé Mitre, Ciudad de Buenos Aires, Argentina Apreciado Señor Mitre:
Así no tengo el placer de conocerle personalmente, respondo a su atenta carta del 3 de este mes en la que me pide noticias sobre mi permanencia en Chile. Me entusiasma su inquietud puesto que, como Ud. lo dice, sólo tiene 22 años de edad y ya se interesa por la cosa pública... Aprovecho la oportunidad para remitirle, junto con mi respuesta, un ejemplar de mi libro "Mi Defensa", recién editado en este país generoso y noble...
Por su conducto, señor Mitre, le hablo a las juventudes argentinas para que ellas sepan que hay un rincón del mundo donde todo se respeta. Ese rincón es Chile.
Los diarios, las escuelas, los hombres y mujeres de este país observan con pena lo que está ocurriendo en nuestra patria. He tenido acceso a todos los círculos y se me han abierto las puertas para que sintiera en profundidad lo que me significan los conceptos de hogar, soberanía, patria y dignidad... Dentro de pocos días el gobierno de Chile me enviará a Europa y EE.UU. para que adquiera experiencia en la enseñanza y educación. A mi regreso de esa misión pienso formar los liceos chilenos al estilo francés. Esto ocurre en este lugar de América mientras nosotros, los argentinos, nos desangramos en una guerra intestina y torpe, movidos -únicamente- por los bajos instintos, las ansias de poder y la sensualidad del Mando. Debiéramos tomar muy buena nota de esta lección que nos está dando un pueblo que es altivo en los momentos difíciles y es generoso en los instantes de victoria... Le reitero, igualmente que cuando hablo con Ud. estoy dialogando con las juventudes de mi país. Algún día esas juventudes, ya maduras, tendrán que marchar coordenadamente con las de este pueblo. Quiera Dios, señor Mitre, darme la oportunidad de encontrarme junto a Uds. cuando ese día llegue...
Dios le guarde a Ud.
Domingo F. Sarmiento Argentino, exiliado en Chile"
Citas de Sarmiento: la leyenda de su "americanismo"
En su cruel pragmatismo, Sarmiento había llegado a prácticas tales como ponerle precio a la cabeza de sus propios compatriotas federalistas, como a José Hernández, el autor del inmortal "Martín Fierro". Mitre también propició actitudes intolerantes y expansionistas, intentando un sabotaje a la colonización chilena del Estrecho de Magallanes. Ambos mandatarios decidieron abandonar a Chile en la lucha americanista por el Perú de 1865, euforia que ellos mismos había fomentado a lo largo del continente. De hecho, Mitre no sólo descartó con desprecio las ofertas aliancistas del enviado chileno Lastarria, sino que buscó sacar provecho de la situación de desventaja en la que quedaba Chile, presionando la entrega de territorios en el Estrecho y la Tierra del Fuego.
Las declaraciones desafortunadas de Sarmiento alcanzaron a salpicar a todo el resto de América y hasta a sus propios compatriotas, poniendo en seria duda la torta "americanista" con que se ha celebrado su paso por la historia del continente. Veamos lo que Sarmiento pensaba unos años después de su emotiva catarata de halagos para Chile:
"(Las Provincias argentinas) ...son pobres satélites que esperan saber quien ha triunfado para aplaudir. La Rioja, Santiago del Estero y San Luis son piltrafas políticas, provincias que no tienen ni ciudad, ni hombres, ni cosa que valga. Son las entidades más pobres que existen en la Tierra". (Artículo periodístico de 1857)
"¿Por qué no hace Dios lo mismo con toda esta América? Me arrepiento de haber creado, diría, a los godos y a sus hijos" (Comentario escrito por Sarmiento al saber del hundimiento de una isla del Pacífico, citado por el historiador Ernesto Palacio en "Historia de la Argentina")
"Si los pobres de los hospitales, de los asilos de mendigos y de las casas de huérfanos se han de morir, que se mueran: porque el Estado no tiene caridad, no tiene alma. El mendigo es un insecto, como la hormiga. Recoge los desperdicios. De manera que es útil sin necesidad de que se le dé dinero. ¿Qué importa que el Estado deje morir al que no puede vivir por sus defectos? Los huérfanos son los últimos seres de la sociedad, hijos de padres viciosos, no se les debe dar más que de comer". (Discurso en el Senado de Buenos Aires, 13 de septiembre de 1859)
"Se nos habla de gauchos... La lucha ha dado cuenta de ellos, de toda esa chusma de haraganes. No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos". (Carta a Mitre de 20 de septiembre de 1861)
"...esa desatino estudiar la lengua castellana, porque el castellano era un idioma muerto para la civilización, y con otras herejías literarias de este jaez, intercaladas con descomedidos insultos a nuestra pobre literatura patria". (Columna de Sarmiento en "El Mercurio", en Chile, citado por Exequiel González Madariaga en "Nuestras relaciones con Argentina: una historia deprimente")
"Tengo odio a la barbarie popular... La chusma y el pueblo gaucho nos es hostil... Mientras haya un chiripá no habrá ciudadanos, ¿son acaso las masas la única fuente de poder y legitimidad?. El poncho, el chiripá y el rancho son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden... Usted tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase culta aniquilando el levantamiento de las masas".(Carta a Mitre del 24 de Septiembre 1861)
"En las provincias viven animales bípedos de tan perversa condición que no sé qué se obtenga con tratarlos mejor." (Informe enviado a Mitre en 1863)
"Cuando decimos pueblo, entendemos los notables, activos, inteligentes: clase gobernante. Somos gentes decentes. Patricios a cuya clase pertenecemos nosotros, pues, no ha de verse en nuestra Cámara (Diputados y Senadores) ni gauchos, ni negros, ni pobres. Somos la gente decente, es decir, patriota." (Discurso ante el Congreso, de 1866. Resultan curiosas las expresiones contra negros y pobres de parte del autor, pues él era descendiente de negros y había nacido en una familia muy pobre, contradicción no poco frecuente entre políticos e historiadores fomentadores de discurso supremacista en la historia argentina)
"Propicio una colonia yanqui en San Juan y otra en el Chaco hasta convertirse en colonias norteamericanas de habla inglesa porque EEUU es el único país culto que existe sobre la tierra. España, en cambio, es inculta y bárbara. En trescientos años no ha habido en ella un hombre que piense...". (Artículo de 1866)
"Estamos por dudar de que exista el Paraguay. Descendientes de razas guaraníes, indios salvajes y esclavos que obran por instinto a falta de razón. En ellos se perpetúa la barbarie primitiva y colonial. Son unos perros ignorantes de los cuales ya han muerto ciento cincuenta mil. Su avance, capitaneados por descendientes degenerados de españoles, traería la detención de todo progreso y un retroceso a la barbarie... Al frenético, idiota, bruto y feroz borracho Solano López lo acompañan miles de animales que le obedecen y mueren de miedo. Es providencial que un tirano haya hecho morir a todo ese pueblo guaraní. Era preciso purgar la tierra de toda esa excrescencia humana: raza perdida de cuyo contagio hay que librarse." (Carta a Mitre de 1872)
"¿Lograremos exterminar los indios?. Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado". (Artículo para el diario El Nacional", 25 de noviembre de 1876)
"Ignorantes por principios, fanáticos que matan la civilización, emigrantes confabulados y recua de mujeres; basura de Europa, son la filoxera y el cardo negro de la pampa, hierba dañina que es preciso extirpar". (Escrito de febrero de 1883)
"Artigas es un bandido, un tártaro terrorista. Jefe de bandoleros, salteador, contrabandista, endurecido en la rapiña, incivil, extraño a todo sentimiento de patriotismo, famoso vándalo, ignorante, rudo, monstruo, sediento de pillaje, sucio y sangriento ídolo con chiripá. Ese salvaje animal que enchalecaba hombres con cuero fresco lleva por séquito inseparable el degüello y la devastación". (Obras Completas, 1886)
"Una Constitución pública no es una regla de conducta para todos los hombres. La Constitución de las masas populares son las leyes ordinarias, los jueces que las aplican y la policía de seguridad. No queremos exigir a la democracia más igualdad que la que consienten la diferencia de raza y posiciones sociales. Nuestra simpatía para la raza de ojos azules". (Obras Completas, 1886)
* Nota: algunas de estas citas ha sido recogidas de un asombroso artículo de 1999 titulado "El Pensamiento de Domingo Faustino Sarmiento", del periodista argentino Federico Martín Maglio, disponible en internet en la dirección www.fmmeducacion.com.ar/historia/notas/sarmiento.htm