INTENTOS HISTÓRICOS DEL ENTREGUISMO CHILENO DE
QUITAR LA ESTRELLA DE LA BANDERA NACIONAL Y LA FRASE "POR LA RAZÓN O LA
FUERZA" DEL ESCUDO PATRIO. IRRACIONALIDADES E IGNORANCIAS DE SUS
ARGUMENTOS
-Ampliado y Actualizado el 31 de enero de 2007-
EN COMPLICIDAD
CON EL ANTICHILENISMO DE ALGUNAS NACIONES VECINAS Y DE GRUPOS DE
IZQUIERDA INVESTIDOS DE SUPUESTAS PASIONES "AMERICANISTAS", EL ENTREGUISMO
LLEVA VARIOS AÑOS INTENTANDO UNA OFENSIVA CONTRA LOS SÍMBOLOS PATRIOS
CHILENOS, CUYO OBJETIVO FINAL ES SACAR LA ESTRELLA SOLITARIA DE LA BANDERA
Y ELIMINAR EL LEMA "POR LA RAZÓN O LA FUERZA" DEL ESCUDO
NACIONAL
El origen del desprecio a lo trascendente,
en palabras de Edwards Bello
"Son emblemas nacionales
la bandera nacional, el escudo de armas de la República y el himno
nacional"
(Artículo 2º de la Constitución Política
de la República de Chile)
El
ataque reiterado a los héroes históricos y el permanente interés por
modificar símbolos patrios encuentra su origen no en la improvisación o
la imaginería creativa, como se hace creer, sino en el rigor
cuidadosamente planificado de la doctrina
gramsciana, una corriente política del socialismo internacional que
postula el paulatino desplazamiento de los elementos culturales e
históricos que identifican una sociedad bajo el yugo "burgués", por una
nueva basada en la construcción de patrones de imitación dignos del
"proletariado".
La mistificación continental que se ha hecho de figuras
como Ernesto "Che" Guevara y del ex Presidente Salvador Allende, por
ejemplo, tiene mucho del interés gramnsciano por sustituir a los iconos
históricos de los pueblos por identidades continentales y asociadas al
marxismo regional. Se recordará incluso que el Gobierno de la Unidad
Popular cambió el nombre del Colegio Diego Portales por el de
Colegio Ernesto Guevara, cambio que duró tan poco como meses le quedaban
al Presidente Allende para enfrentar la mañana del 11 de septiembre de 1973.
Quien
mejor ha estudiado en sus crónicas y ensayos la tendencia notoria de algunas
autoridades políticas chilenas a despreciar y buscar resquicios para alterar
la longevidad de símbolos y elementos históricos arraigados en la identidad
nacional, generalmente valiéndose de discursos altruistas y supuestas
intenciones superiores, es sin duda el ilustre Joaquín Edwards Bello, de
quien tomaremos algunas de sus palabras al respecto a modo de introducción
para el presente tema.
En uno
de sus tantos análisis desmitificadores y revisionistas, Edwards Bello
escribe en agosto de 1961:
"Sufrimos invariablemente la desgracia de desear el cambio de todo cuanto
nos rodea. Lo óptimo nos cansa y termina por fastidiarnos. Deseamos
estrenos. Ortega y Gasset dijo que vivimos celebrando estrenos. Como niños
malcriados, despanzurramos el juguete para ver lo que trae dentro. Total:
destrozamos sin ton ni son. A veces dichos destrozos son iniciados mediante
decretos de las autoridades competentes. Recordemos la destrucción oficial
del magnífico edificio histórico -el mejor de todos los monumentos
coloniales-, el puente de Cal y Canto, 1779-1888. Con todo el progreso
material de ahora, con las enormes grúas y palas mecánicas, con hierro y
cemento, podemos levantar buenos edificios, pero nunca lograremos repetir
otro puente parecido a aquel que dio señorío al escuálido Mapocho".
"Ahora, nuestro afán de cambio y de estreno se condensó en los monumentos de
Baquedano y en el de los cocodrilos de la Plaza de Armas. El argumento para
derrocar y poner otro en el lugar de este último consiste en la necesidad
repetida: "En Chile no hay cocodrilos".
"En
Londres, el tonto nacional diría: "Hay que cambiar el escudo británico, por
cuanto en Inglaterra no hay unicornios". En Venecia, diría con tamaña boca
abierta: "Es preciso quitar los leones alados. En Venecia no hay leones".
¿De dónde sacaron que el Escudo
y la Bandera son "imágenes corporativas?
Cuando
el flamante presidente Eduardo
Frei
Ruiz-Tagle (1994-2000) presentó la imagen corporativa de su Gobierno,
lo hizo con una versión abstracta del Escudo Nacional, sacando la frase
"Por la Razón o la Fuerza". Posteriormente, Ricardo Lagos Escobar
(2000-2006) hizo lo propio representando su administración en un cubo,
formado a su vez por más cubos paranoicamente ordenados, con los colores
alusivos la bandera chilena, pero omitiendo la estrella solitaria. A las
críticas para ambos experimentos, en su momento, se entregó una explicación
oficial similar: se trata de un LOGOTIPO, de la representación gráfica de
una IMAGEN CORPORATIVA.
Aprovechando la calidad de diseñador gráfico profesional del autor de este
artículo, con bastante experiencia precisamente en la creación de logotipos
e imágenes corporativas, nos tomamos el trabajo de realizar una contundente
charla didáctica, con gran apoyo gráfico, titulada
"UTILIZACIÓN DE SÍMBOLOS PATRIOS Y EL EMPLEO
ANÓMALO DEL ACTUAL GOBIERNO DEL LOGOTIPO EN SUSTITUCIÓN DEL ESCUDO
NACIONAL", gracias a la ayuda desinteresada del consejo de
investigadores del Centro de Estudios Históricos Lircay, iniciada con la
reunión de directorio del Centro, en el Aula de la Casa Colorada, el 29 de
abril 2002.
Superando incluso nuestras propias expectativas, esta charla causó gran
impacto y debió ser repetida en otras salas nacionales de investigación,
gracias a gestiones realizadas por la querida y recordada fundadora y Presidenta del
Círculo de Amigos del Patrimonio Cultural Chileno,
Dora Huerta Aravena, doña "Dorita", fallecida en marzo de 2005. En estas ocasiones, demostramos de modo incontestable que el
Gobierno estaba realizando una directa y peligrosa sustitución de los
símbolos patrios, y no una representación corporativa, como se explicaba.
Para
resumir lo entonces expuesto, debe recordarse que
Gobiernos serios usan EMBLEMAS, no LOGOTIPOS de IMÁGENES CORPORATIVAS. El
Gobierno no es una corporación, una marca o una institución independiente en
sí misma, sino una administración directamente relacionada con el
conjunto-país, cuyos emblemas son los mismos reconocidos por la propia
Constitución Política como los símbolos patrios. Si el propio Gobierno de un
país se niega y se resiste a usar los símbolos patrios del mismo, ¿qué
quedará para el resto?. Este absurdo ha obligado a la modificación de tales
logotipos por lo menos tres veces en los últimos diez años (vehículos
estatales, placas, carteles, papelería institucional, etc.), cada vez que
asume un nuevo gobierno, aumentando los gastos innecesarios del fisco.
Las
"imágenes corporativas" y los "logotipos" son más bien propias de marcas
comerciales, compañías, empresas y organismos sociales. Es decir, de todo
aquello que busca ofrecerse en el conocimiento de una sociedad.
¿Requiere de esta necesidad un Gobierno? ¿Qué razón hay para que el máximo
estamento nacional pretenda proyectarse con una imagen distinta o paralela
de la del resto de país que rige? ¿Acaso se trata de un país virtual, un
"país administrativo" distinto de Chile operando en su Gobierno, entre la
clase funcionaria?
Los
símbolos y los signos de todo tipo tienen SIGNIFICANTE y SIGNIFICADO, es
decir, forma (visual) y fondo (contenido). Los "logotipos" usados por los
últimos Gobiernos son explicados sólo en su aspecto significante por sus
creadores, es decir, cómo lo hicieron y para quién, pero jamás se ha dejado
claro su significante, es decir, la verdadera razón por la que existen y qué
es lo que intentan decir. Esto parece ser un mal entre los políticos de la
Concertación. El caso más patético del uso erróneo que da el Gobierno a los
logotipos fue el del carísimo rediseño de la imagen corporativa del Banco
del Estado (BancoEstado 2001), cuando se modificó con millones de
pesos del Estado todo lo relativo al aspecto gráfico y la imagen del banco
sin hacer cambio alguno en su sistema interno para mejorar su eficiencia o
producir ajustes reales en sus funciones; es el mismo banco de siempre, con
otro maquillaje.
Los
entreguistas interesados en el acercamiento con Perú y Bolivia son los más
testarudos defensores de este cambio en el Escudo Nacional y la Bandera,
según veremos. El inflado orgullo de los gobernantes de estos dos países
siente que dicha frase es ofensiva a su honor, trayéndoles al recuerdo las
dos grandes derrotas que han sufrido aliados en guerras contra Chile.
"Logotipo"
del Gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle:
correspondía a una estilización del
Escudo Patrio omitiendo deliberadamente el lema "Por la Razón o la
Fuerza".
El "logotipo" de los gobiernos de la Concertación:
esa estrella que tanto incomoda
La figura
de la Estrella Solitaria de Chile es uno de los símbolos más característicos
de nuestro país. Su alusión sería a la presencia de la Virgen del Carmen, la
Patrona de Chile, durante la Batalla de Maipú que selló la libertad del
país. Es de hondo contenido histórico y, a pesar de sus cinco puntas, tiene
una relación original extensiva con la de ocho puntas, símbolo de fuerte
connotación mística usado por las culturas de Europa y oriente, así como por
los araucanos chilenos, como lo explica el profesor Gastón Soublette en su
obra "La Estrella de Chile" (Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1984),
por lo que es un signo, a la par de fuertemente simbólico, doblemente
sagrado. Pero ni siquiera el valor de esta bella tradición es respectada por
los pseudo iconoclastas entreguistas.
Hemos
visto que la imagen del Gobierno es necesariamente la de Chile. No se puede
ser representante de un país identificándose con símbolos que no
corresponden a los que son los que proyectan a esa misma nación. Es como si
el Ejército decidiera, de ahora en adelante, diseñar su propia bandera
chilena para el juramento a la Patria, o como si el Congreso decidiera
componer una nueva canción nacional estilo jazz para hacerla más
entretenida de cantar en las sesiones plenarias.
Esta
negativa a usar los símbolos nacionales es el resultado de un lobby
político que vienen actuando desde hace varios años, casi inmediatamente
después de relevado el Gobierno Militar por la Concertación. El Artículo 60,
número 6 de la Constitución Política impide modificar o sustituir los
emblemas nacionales, siendo posible acceder a tal posibilidad sólo por la
vía de la legislación. Sin embargo, el uso que dio el Gobierno de Lagos a
sus cubitos, es el de emplearlos precisamente el lugar del Escudo patrio. Lo
mismo hizo Frei con su versión "pop" del Escudo.
Este
interés en rediseñar los símbolos nacionales y omitir detalles como fases o
estrellas, también podría alcanzar a la bandera chilena, como hemos visto.
La nación de Bolivia, por ejemplo, identifica la estrella solitaria de Chile
con un símbolo de Victoria inevitablemente vinculado a su experiencia en la
Guerra del Pacífico, razón por la que el Presidente Hugo Banzer ordenó
retirarla de todos los pabellones nacionales en un encuentro deportivo de La
Paz (Copa América), en junio de 1997, durante el Gobierno de Frei
Ruiz-Tagle. Del mismo modo había actuado poco antes el Presidente Luis
Alberto Fujimori, que ordenó para un encuentro futbolístico de Lima, en
enero de aquel año, que las banderas chilenas también aparecieran sin
estrellas en el estadio peruano. ¿Cuál era la advertencia que quisieron
hacer en conjunto estas dos naciones, aquel año? ¿Una amenaza de eventual
"alianza"? ¿No es casual que inmediatamente después, Bolivia comenzó a
sorprender a Chile con problemas artificiales como el
río Silala o sus exigencias de comodato y
facilidades para su "gasoducto" sobre suelo chileno? ¿O que Perú haya
iniciado su campaña de "homologación de gastos militares" y reclamos de
delimitación marítima en Arica precisamente después
de estos hechos?
Tras
los suceso de Perú, que incluyeron también insultos contra el himno nacional,
el Gobierno de Chile prácticamente no se pronunció. Los principales reclamos
provendrían, curiosamente, del uruguayo nacionalizado chileno Nelson Acosta,
director de la Selección Chilena, quien declaró molesto: "No
podemos soportar estas cosas. No quiero decir que nosotros tengamos que
pagar con la misma moneda, pero debemos poner la voz de alerta para que
no se vuelvan a cometer los errores de antes No es posible que toquen
el himno nacional sólo para burlarse. Yo soy uruguayo de nacimiento, pero
nacionalizado chileno, y siento mucho lo que le sucede a mi país, pero
a muchos chilenos parece que no".
Toda la razón tenía.
En la
ocasión del insulto boliviano, la "enérgica" actitud del Gobierno a esta
abyecta ofensa se limitó a una enana declaración en tono mínimo, del
entonces Canciller José Miguel Insulza, quien declaró el hecho simplemente
como "una ordinariez" y sanseacabó. Nada más que hablar. Era todo
lo que podía esperarse, sin embargo, de un Gobierno que por cuenta propia ya
estaba mutilando voluntariamente los emblemas antes que lo hiciera Bolivia.
El
Gobierno de Lagos, por cuenta propia también, omitió la estrella chilena en
su mentado logotipo. El propio Insulza, ahora Ministro de Interior, lo
utilizaba para su cartera. Algunos compatriotas han asegurado poder
identificar en este "logotipo" símbolos religiosos o místicos foráneos a
nuestra tradición, escondidos dentro del diseño, como varias estrellas de
seis puntas disimuladas en la gráfica, lo que no ha pasado sin generar
algunas suspicacias. Además, el logotipo enfermizamente cúbico y geométrico,
aludiendo a la bandera chilena en sus colores, omite la estrella
característica.
"Logotipo"
introducido durante el Gobierno de Ricardo Lagos: una bandera sin la estrella oficial
de Chile
Usos anómalos y agravios a la bandera
en medios de comunicación y espectáculos
Como parte de su campaña para
ganarse la simpatía de los argentinos durante el año 2001, poco antes de su
casamiento con Carlos Menem, la ex-miss universo chilena Cecilia Bolocco
cometió la bobada de posar para la portada de la revista trasandina "Para
Ti" peinada a lo Eva Perón y vestida sólo con una bandera argentina, lo que
desató la ira generalizada del vecino país, donde el respeto a los símbolos
patrios es mucho más exigente que en lo habitualmente visto en Chile,
costándole hasta una querella. En reacción a este acto, y a pesar de que
todo era argentino salvo la modelo en la producción de esta fotografía (la
revista, sus editores, el fotógrafo, etc.), la vedette argentina
Silvia Süller, a los pocos días, apareció en su programa de TV cubriendo sus
plásticas formas anatómicas con la bandera chilena, y prometiendo al aire
que, si algún chileno se enojaba, ella misma partiría "a patearle el
culo".
Sin embargo, a pesar de la
desagradable experiencia, la Bolocco no aprendió: en una edición estelar de
agosto 2002 de Canal 13, volvió a aparecer ante las cámaras vestida con una
bandera, esta vez con la chilena, en otro acto de desubicación, además de
que la bandera estaba expuesta en posición vertical y con la estrella a la
derecha, es decir, al revés de como lo exigen los cánones de presentación
del símbolo.
Pero, el caso de la Bolocco
no constituye para nada un acto aislado. Las pasarelas y los espectáculos de
moda son una de las instancias donde ocurren los mayores actos de
trasgresión al respeto que se exige a la bandera patria. Algunos casos son
más sutiles y más fácil de interpretar como una mera imprudencia o descuido,
como el correspondiente a una fotografía de la modelo Ivette Vergara para
una exposición de 1995; pero en otros hay una abierta e intencional ofensa,
como se ve en esta postal promocional de un lujoso desfile "Cachantún
Fashion" hecho en septiembre 2001, donde la joven modelo "mapuche" Ximena
Huillipán desfila con una bandera chilena invertida y en llamas, y sobre la
palabra "Marrichiweu" ("Venceremos"). Esta postal recorrió todo el mundo, haciendo una
clara alusión al conflicto artificialmente incitado
con el pueblo mapuche, copiando burdamente la iniciativa que por
entonces había convertido en campaña la afamada modelo francesa Laetitia
Casta, sobre los derechos a autodeterminación del pueblo con respecto al
Estado de Francia, pero "a la chilena", es decir, más pobre y sin
el trasfondo cultural pertinente. Un hecho curioso, sin embargo, es que esta
modelo fue llevada al éxito precisamente por responder a patrones estéticos
caucásicos que caracterizan las pasarelas europeas, y no a auténticos rasgos
de belleza indígena, en otra prueba de la infinita hipocresía de los
"artistas e intelectuales" que se encuentran detrás de estos actos
detestables. No por nada, el magnánimo intelectual nacional Nicolás Palacios
decía con justa razón que las verdaderas reservas de moralidad, patriotismo
y chilenidad no estaban en la aristocracia ni la nobleza de Chile, sino en
sus clases populares, en el "roto", en el feriano, en el cargador de La
Vega, en el vendedor de pescados, en el minero y en el soldado pobre que
-corvo en mano- luchó por Chile en el norte ("Raza Chilena", 1908). Los que
realmente aman los símbolos patrios, a fin de cuentas.
El uso anómalo de la bandera
chilena también se ha hecho peligrosamente frecuente en la publicidad y en
las muestras pretendidamente artísticas y comerciales, como en los
siguientes casos que ponemos de ejemplos:
En septiembre de 1991, el
director de la revista "Punto Final", don Manuel Cabieses, fue acusado de
incitar a la sedición tras publicar una grosera portada en la que se veía
una caricatura del General Augusto Pinochet sonándose una hemorragia nasal
con la bandera chilena, bajo el titular "Cinismo y Sadismo".
La ex actriz dada después a
la diplomacia, Patricia Rivadeneira, protagonizó una burda perfomance"
para el "Defile de Modas Alternativo" del Museo de Bellas Artes, el 27 de
febrero de 1992, donde aparecía desnuda tapando sus ingle con una bandera
chilena y simulando una crucifixión. Tiempo después fue nombrada
agregada cultural de Chile en Italia como pago a los favores políticos
para la candidatura del Presidente Ricardo Lagos. Esta vez, partió
vestida.
En noviembre de 1995, y por
tres meses, el Museo de Bellas Artes fue escenario de una exposición del
artista Arturo Duclos, donde se mostraba una bandera chilena hecha con
huesos humanos reales, titulada "El Ojo de la Mano", en una clara alusión
a la simbología máxima de la masonería internacional que pareció no ser
advertida por periodistas o críticos. La obra fue auspiciada por empresas
como "El Mercurio", "Minera La Escondida", "Morgan Impresores" y "Alphagraphics".
En 1997, durante los
partidos clasificatorios para el Mundial de Fútbol de Francia '98, hubo un
sinnúmero de situaciones en las que los principales jugadores chilenos y
especialmente el líder "natural" del equipo, al final del partido,
comenzaban a firmar autógrafos sobre las banderas de los hinchas delante
de las cámaras. Este hecho, en otros países, hubiese sido considerado un
verdadero escándalo.
El distintivo gráfico que
promocionó la Teletón 1998, realizada en diciembre de aquel año, exponía
una peligrosa intervención de la bandera que rayaba casi en la
adulteración: se mostraba al animador Mario Kreutzberger parado con una
bandera chilena de fondo, sobre cuyo color rojo se había impreso una frase
institucional ("Chile se identifica con la Teletón") y la
estrella fue sustituida con la cruz que simboliza la campaña.
En agosto de 2002 se
exhiben en Centro Cultural Alameda las piezas de "Óleo Sobre Perros",
bullada exposición financiada por el FONDART, con momias de perros
embalsamados sobre los que se han pintado inconografías, entre las que se
encontraba la bandera nacional. Muchos pseudo artistas de tendencias
izquierdistas descubrieron las bondades publicitarias que reporta a la
propaganda de sus obras el agitar o atacar los "valores de la
burguesía".
Sin embargo, no a todos les
funciona la fórmula: poco antes de esta exposición, en junio del mismo año
2002, la pintora Voluspa Jarpa expuso su colección "Histeria Privada -
Historia Pública" (nótese cómo el título intentaba desde ya anticipar una
posible polémica) en la Galería Gabriela Mistral, en la que mostraba cinco
banderas pintarrajeadas con distintos motivos sobre su tela. Sin embargo,
la muestra pasó prácticamente inadvertida.
Hacia mediados de 2003, la
Corporación del Patrimonio Cultural de Chile y el Centro Cultural Estación
Mapocho, llamaron a un concurso a través de la página web de la primera
institución, titulado "¿Qué lema le pondrías a nuestro escudo
nacional?". Aunque el concurso resultó en un fracaso, vale advertir
que la propia declaración de fundamentos de este organismo decía que
"la Corporación del
Patrimonio Cultural de Chile es una entidad de carácter privado, autónoma,
filantrópica y sin fines de lucro, cuyos miembros están unidos por la sola
motivación de conservar, cuidar y difundir nuestro patrimonio cultural en
forma responsable e independiente".
En mayo de 2005, un
artista de poco nombre colocó cuatro
banderas chilenas de hielo pintado en el Centro Cultural Matucana
100, dejándolas allí para que se derritieran a la temperatura ambiente. El
tan creativo autor, Jorge Cerezo, declaró al diario "Las Últimas Noticias"
que: “Esta obra es un ejercicio de cita y homenaje a los próceres de la
patria en el que manejo la ironía y la parodia, porque la bandera chilena
remite a una territorialidad tan frágil y efímera como el hielo”.
Sospechamos que sus sentimientos son muy distintos, sin embargo, para con
la bandera "rojiamarilla del proletariado".
Esta es la selección de sólo
unos pocos ejemplos de esta infame tendencia, que en otros países (por
razones culturales y de desarrollo) jamás tendrían cabida. Chile debe ser el
único país del mundo que utiliza de manera tan abominable sus propias
banderas.
La ex modelo Cecilia
Bolocco posando en la revista argentina "Para Ti" peinada a lo Eva
Perón y vestida sólo con una bandera local. Luego, la vedette
argentina Silvia Süller aparece en su programa de TV "vengándose" con
la bandera chilena. Finalmente, la Bolocco reaparece en una edición de
agosto 2002 de Canal 13, vestida ahora con una bandera chilena, además
colocada en posición vertical y con la estrella a la derecha, es
decir, al revés.
La modelo y animadora
Ivette Vergara posa para una exposición de 1995. Al lado, postal
promocional de un lujoso desfile "Cachantún Fashion" de septiembre
2001, donde la modelo "mapuche" Ximena Huillipán desfila con una
bandera chilena invertida y en llamas, y sobre la palabra "Marrichiweu"
("Venceremos").
Pieza de "Óleo Sobre
Perros", una exposición financiada por el FONDART en agosto 2002, con
momias de perros embalsamados sobre los que se han pintado
inconografías religiosas y emblemas como, en este caso, la bandera
chilena.
La ex actriz Patricia
Rivadeneira, se retuerce simulando una crucifixión con una bandera
chilena tapando parte de su desnudez, en una "perfomance" para
el "Defile de Modas Alternativo" del Museo de Bellas Artes, el 27 de
febrero de 1992.
Otros casos de usos
anómalos o inapropiados de la bandera chilena, tanto para la
publicidad como para obras de arte moderno.
"Por la razón o la fuerza"
el entreguismo quiere cambiar el escudo
También es conocido el desprecio de ciertos grupos izquierdistas hacia el
lema "Por la Razón o la Fuerza",
generalmente derivado de interpretaciones ignorantes o tendenciosas sobre el
sentido original de dicha frase, y disfrazando tal ojeriza contra el símbolo
aludiendo a cuestiones altruistas y benevolentes para con la opinión de
países vecinos.
Hay una innegable cuota de hipocresía también en
esta histeria contra el lema del Escudo, tomando en consideración que son
grupos marxistas los que más insisten en alterar esta frase. En su
"Carta Abierta al Presidente Lagos, ¿Contra
Quién se Arma Chile?", del Doctor en Derecho Daniel Moore M. (publicada en
"Punto Final", 2 de febrero 2001), recomienda el académico insuflándose de
aires de analista histórico: "Cambiar el agresivo "Por la razón o la
fuerza" por uno más civilizado. ¡Ni el imperio romano se habría atrevido a
tanto! Es patético que un país subdesarrollado, lejano y sin mayor presencia
internacional, se dé estos aires de gran potencia". Lo que muchos de
estos personajes parecen olvidar tan convenientemente, sin embargo, es que
el lema del Escudo les identificó notoriamente durante el Gobierno Militar,
cuando publicaban clandestinamente el diario "El Siglo" desde la secreta
imprenta editorial "Rebelión Popular", que llegó a ser un símbolo de lucha
contra el régimen entre los izquierdistas de la época. Curiosamente, tanto
la frase distintiva del periódico comunista como el lema corporativo de la
editorial, eran:
"POR LA RAZÓN O LA FUERZA... ¡VENCEREMOS!".
Hoy,
sigue
influyendo en estas propuestas irresponsables, además, el nefasto estilo
populista de los partidos políticos chilenos, que por años se han presentado
ante el electorado de manera mercantil, vendiendo su propia imagen y la de
sus candidatos al electorado, donde nada perdura y nada es definitivo, salvo
la demagogia (recordar las promesas incumplidas, por ejemplo). Cuando el
Gobierno de Frei Ruiz-Tagle presentó su imagen corporativa con una grotesca
versión del Escudo (que más bien parecía una mancha de mermelada y omitía
intencionalmente la frase "Por la Razón o la Fuerza") tanto sus
creadores como usuarios alegaron que era una "alegoría del Escudo",
y que se trataba de evitar colocar su texto por estar en español, idioma que
no es entendible a todo el mundo... Una explicación absurda, que desconoce
el hecho de que está lleno de países en el mundo con textos en distintos
idiomas en sus escudos, y ninguno llega a omitirlo jamás en nombre de la
buena lectura.
La
sentencia de "Por la Razón o la Fuerza" fue incorporada al Escudo
de Chile manteniendo una idea que ya presentaba el primer heraldo patrio,
creado por José Miguel Carrera en 1812, donde se contraponían también
conceptos adversos como lema patrio en latín: "Pos Tenebras Lux" ("Después
de las Tinieblas, la Luz") y "Aut Consilio Aut Ense" ("Por
el Consejo o por la Espada"). Esta contraposición de conceptos
opuestos, como se ve, pasa a ser parte de la patria y de la propia historia
republicana de Chile, considerando, además, que su orientación era
originalmente una advertencia para el realismo, no para países vecinos como
se quiere hacer creer tan infantilmente. Pretender cambiarlo a estas alturas
es tan ilógico como pretender cambiar a nuestros ancestros. Inclusive, el
emblema del Servicio Religioso del Ejército de Chile respeta la correcta
composición del Escudo, pues se compone de una Cruz (símbolo de Redención)
y, sobre, ella el Escudo de Chile (símbolo de Patria y Ejército), de modo
que ya se lo puede considerar incorporado incluso a la simbología religiosa.
El entreguismo intenta argumentar que el Escudo actual no lleva
necesariamente la frase "Por la Razón o la Fuerza", ya que el
modelo diseñado por don Carlos C. Wood y que fuera aprobado y promulgado por
el Congreso Nacional el 24 de junio de 1834 no la tenía (ver más abajo).
Sin embargo, evitan mencionar que otra Ley de inscripción
monetaria del 14 de octubre de ese mismo año obligaba a colocar el escudo
con la frase completa en el cuño, y que en disposiciones del 4
de julio de 1854, el Ministro de Guerra y Marina de Chile, don Pedro Nolasco
Vidal, declaró que la bandera presidencial llevaba el escudo
incluyendo el lema tal cual lo conocemos hoy día (ver más abajo).
El 4 de
septiembre de 1920 se estableció formalmente la frase "Por la Razón o la
Fuerza". La palabra definitiva la tuvo otro Decreto, del 18 de octubre de
1967, que resumía todo lo referido al Escudo Nacional estableciéndolo como
tal aquel que estaba en uso y que corresponde al de nuestros días.
Fue publicado el 12 de
diciembre siguiente, en pleno gobierno de Eduardo Frei Montalva (ver más
abajo).
Mientras
haya entreguismo con acceso a la política y a los medios, sin embargo, es más
que seguro que siempre habrá este tipo de sabotajes contra los emblemas
patrios y expresiones odiosas contra su lema (alguien ya observó que
suceden, principalmente, entre "intelectuales" que caen de rodillas ante
otras frases al estilo de "Proletarios de todo el mundo, ¡Uníos!" u
otras por este dogma), tales como:
"Una disculpa, y una determinación de fijar
un curso para gobernar con respeto a las personas dejaría atrás la actitud
bélica expresada en el lema del país, "Por la razón o la fuerza", que se
convirtió en nuestro legado durante la conquista española. Nos llevaría a
una era en que todas las personas, sus vidas y creencias, sean respetadas.
Sólo entonces, la Esmeralda podrá nuevamente tomar su lugar como la
encarnación de los valores chilenos más preciados y entrar con orgullo a
cualquier puerto del mundo". (Supuesta confesión de un ex cadete anónimo
de la Academia Naval de Chile, residente en California, EE.UU., y publicada
en "El Mostrador" del 10 de julio 2000)
"(Se debe) Cambiar el agresivo "Por
la razón o la fuerza" por uno más civilizado. ¡Ni el imperio romano se
habría atrevido a tanto! Es patético que un país subdesarrollado, lejano y
sin mayor presencia internacional, se dé estos aires de gran potencia"
(Doctor en Derecho Daniel Moore M. en su "Carta Abierta al Presidente
Ricardo Lagos", publicada en "Punto Final", 2 de febrero 2001)
“Por la razón o la fuerza reza hasta el día
de hoy el escudo nacional, el que soberbio cuelga en los frontis de los
colegios de nuestros campos y en los pueblos. Aunque la segunda idea
contenida es escalofriante, la primera es simplemente siniestra; así un
pueblo artífice de la paz como el mapuche sucumbe ante la maquinaria de
guerra winka.” (Historiador indigenista Pablo Marimán, en "Gobierno y
Territorio en la Independencia Mapuche", publicado en 2002)
"Por la razón o la fuerza es el lema que,
junto al huemul y al cóndor, componen, con otras representaciones patrias,
el escudo nacional de la República de Chile. Emblema al cual podemos
diagnosticarle algunos elementos que, para nuestros tiempos posmodernos,
consideramos cercanos a propuestas reconocidamente trasnochadas" (Rodrigo
Browne Sartori, Universidad de Playa Ancha de
Valparaíso, para la
revista digital mexicana "Razón y Palabra", marzo de 2003)
"Nada
de ver pros y contras: sólo pros o sólo contras. Insignes cultores de esta
tontería voluntaria militan, por ejemplo, en las filas de la intolerancia.
Combaten las razones ajenas por la fuerza de que disponen ("Por la razón o
la fuerza": sí o sí). Impiden la difusión de “errores” negando a quienes
piensen distinto el derecho de expresarlos. Mucho menos, de explicarlos"
(Guillermo Blanco en "La Nación en Domingo", 15 de junio de 2003)
"Quizás
por haber nacido de una guerra de independencia el mensaje haya querido
ser que somos libres a la fuerza y por nuestro esfuerzo (San Martín
es una nebulosa ante el resplandor enceguecedor de O’Higgins). Esa
"Patria" que se nos muestra desde pequeños se hizo por la razón o
la fuerza. Y se ha preferido realzar lo bien que lo hacemos con la
fuerza cuando además, según nosotros, tenemos la razón" (Antropólogo
de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad
de Chile, Andrés Monares, en artículo de "El Mostrador"
del 10 de septiembre de 2004)
"Siempre me hizo sentir pudor eso de: "Por la
razón o la fuerza", quizá alguien quiso decir "Por la fuerza de la razón" y
otro se equivocó al escribirla..." (Cantante nacional Fernando Ubiergo,
entrevistado por el periódico "El Periodista" del 8 de octubre de 2004)
"Mientras
no cambiemos el lema del escudo nacional -Por la razón o la fuerza-, Chile
seguirá siendo un país de las maravillas. Me refiero al libro de Lewis
Carroll donde las maravillas muchas veces son las contradicciones, los
eufemismos, donde lo que no se dice o lo que se dice queriendo decir otra
cosa" (El muy politizado y farandulero juez Juan Guzmán, intentando establecer una
burda conexión entre el lema del escudo y los casos de violaciones a los
derechos humanos, durante conferencia en la Sala Ercilla de la Biblioteca
Nacional para la presentación del documental politiquero "Estadio Nacional",
el 5 de septiembre de 2005)
El
Libro de la Defensa Nacional de Chile 2002, publicado por el
propio Ministerio de Defensa, en ocasión de encontrarse doña
Michelle Bachelet ocupando dicha cartera, fue impreso con una
portada que maliciosamente escondía la palabra "FUERZA"
bajo un pliegue de la tela sobre la cual se encontraba. Esta
escandalosa treta fue descubierta y denunciada en la Cámara
Baja por las honorables diputadas María Angélica Cristi y Lily
Pérez San Martín el 19 de julio de 2003.
Intentos políticos por cambiar
el lema del escudo a
"Por la Fuerza de la Razón"
La
principal "escuela" de patriófagos interesada en modificar el Escudo es la
misma que se ha valido de triquiñuelas y recursos varios para minimizar el
uso del mismo por la incomodidad que a ciertos personajes les produciría la
frase "Por la Razón o la Fuerza". La intención final de esta fauna
es llegar a cambiar el lema actual por el manifiesto hippie de
"Por la Fuerza de la Razón", proyecto que se comenzó a oír durante el
Gobierno de Patricio Aylwin Azócar (1990-1994), alegándose por la supuesta
agresividad del lema en circunstancias de que, en realidad, está concebido
con el primer concepto de Razón justificando al segundo de Fuerza
y no de otra manera, algo que tendría claro cualquiera que conociese la
evolución de los lemas patrios en los escudos nacionales.
Los promotores de esta absurda
propuesta ni siquiera parecen haber notado que la posición de los
sustantivos "razón" y "fuerza" dentro del lema, están en coherencia también
con la de los dos animales: el huemul (la razón) y la cóndor (la fuerza), de
modo que si se quisiera cambiar el lema a "Por la Fuerza de la Razón"
correspondería tener que alterar también la posición de ambas figuras
zoológicas. Con ello se terminaría por modificar todo el escudo.
De
nuestro asesor histórico y experto en la Guerra del Pacífico, Marcelo
Villalba Solanas, nos llega un dato sorprendente que cita del joven
investigador histórico peruano Juan Carlos Flórez: el lema "Por la Fuerza
de la Razón" es en realidad de origen peruano y ya ha sido ocupado en
ese país por el Alcalde del Distrito de Chorrillos, luego de una disputa
contra un enorme proyecto inmobiliario de la empresa constructora GREMCO
sobre terrenos de valor histórico y cultural, hacia el año 2000. En la
ocasión, la autoridad ordenó inscribir como slogan de lucha en toda la
extensión del Morro Solar (el mismo que fuera escenario de la batalla de Chorrillos durante la Guerra del
Pacífico), en su cara que da hacía la costa, la frase "Por la Fuerza de
la Razón", que se convirtió rápidamente en un distintivo del poblado más
allá de su mero empleo en la lucha contra los proyectos habitacionales. Esto
significa, técnicamente, que el Escudo de Chile terminaría con una frase
peruana estampada como lema en caso de dar crédito a estas propuestas
obsesionadas con la modificación del símbolo.
El intento más claro por cambiar el lema del Escudo Patrio a "Por la fuerza de la Razón",
fue presentado a través de una moción del Senador radical Nelson Ávila el 22
de julio de 2005, quien, confundiendo claramente los lemas del primer escudo
patrio con el actual, según los hemos visto, argumentó:
"Por la razón o la
fuerza tiene una connotación agresiva, incurre en dos manifestaciones
simultáneas de intolerancia; primero, creer que se tiene la razón y si esta
no es aceptada, se autoconfiere el derecho de imponerla por la fuerza..."
“...esta idea surge
como consecuencia de examinar el sentido que en el contexto histórico actual
adquiera un emblema de estas características”.
"...históricamente el
lema nace acompañado de otra sentencia, que fue con posterioridad
eliminada... nació de la siguiente forma “tras las tinieblas, la luz; por la
razón o la fuerza”."
“Al eliminarle la
primera parte, el lema quedó sin fundamento y por tanto fuera de contexto y,
hoy Chile en particular necesita generar señales que apunten en un sentido
exactamente contrario a lo que dice el lema de su escudo..."
Con estas palabras, queda demostrado que el
proyecto mismo está basado en la ignorancia de su propio autor sobre este
tema en particular, al pretender explicar el Senador su deseo de modificar
el emblema porque, según él, cuando se cambió la frase del primer escudo
nacional "Tras las tinieblas la luz, por la razón o por la fuerza",
omitiendo la primera parte y dejando la segunda, el lema "Por la Razón o
la Fuerza" perdió su sentido original... Lo insólito, sin embargo, es
que la autoridad desconoce con tal afirmación que el lema del primer escudo,
ideado por José Miguel Carrera, como hemos visto, era "Tras las tinieblas
la luz, por el consejo o por la espada", y no "Por la Razón o la
Fuerza", de modo que todo su razonamiento está viciado desde su origen.
Además, la explicación de que el lema sugiere
que "creer tener la razón y si esta no es aceptada, conferirse el derecho
de imponerla por la fuerza", deja absolutamente demostrado su más
rotundo desconocimiento sobre la naturaleza y el sentido original del lema,
poniéndose del lado de las versiones tendenciosas y paranoicas de ciertos
grupos revanchistas relacionados con el nacionalismo de países vecinos, para
los cuales va dirigido el gesto de modificar el escudo, precisamente, pero a
los que les bastaría cualquier otra excusa para canalizar sus odiosidades
históricas contra Chile. Recordemos, sino, el sugerente lema del Ejército de
Bolivia: "El mar es nuestro por derecho. Recuperarlo es un deber".
Como era de esperar, la
idea prendió entre parlamentarios tradicional y peligrosamente entreguistas
como Edgardo Boeninger, pero ganándose el inmediato rechazo de Senadores
patriotas como Jorge Martínez Busch y Sergio Canessa.
La sola decisión de llevar a la parrilla
legislativa esta infame propuesta vulnera el citado Decreto Nº 26.915
publicado el 12 de diciembre de 1967, que estableció como definitiva la
costumbre nacional de colocar en el Escudo Patrio la leyenda "Por la Razón o
la Fuerza". Resulta insólito ver ahora, a parlamentarios demócratas
cristianos como Boeninger, apoyando fervorosamente esta abominable
iniciativa que altera una de las leyes más aplaudidas del Gobierno de Frei
Montalva.
Finalizamos este subtítulo
reproduciendo una interesante carta del distinguido autor Sergio Villalobos,
publicada en medio de esta nueva polémica en el diario "La Tercera" del 7 de
agosto de 2005, que nos parecen apropiadas para traer al debate una opinión
realmente experta y bien documentada, si bien tenemos algunas observaciones
sobre la fecha que señala como aquella de la aparición del lema en el
Escudo:
Lema del escudo
Señor director:
A muchos habrá
sorprendido en algún momento la frase "Por la razón o la fuerza"
que, sin embargo, tiene una perfecta explicación y no encierra
ningún carácter agresivo contra los países vecinos.
Hace algunos años
una persona señaló que el concepto se encontraba ya en Platón, quien
en La República indicaba que el orden en la ciudad debía ser
impuesto por el convencimiento o la fuerza. Es muy probable que del
concepto del filósofo saliese la expresión romana "por el
convencimiento o la espada", que los patriotas, a su vez, colocaron
en el primer escudo nacional en 1812, para significar que la nación
avanzaba en su propia identidad autonomista mediante la razón o el
ejercicio de la fuerza si fuese necesario.
El escudo sufrió
variaciones posteriormente, y su lema pasó en 1818 a las monedas
llamadas doblones. La creación del actual escudo fue en 1834, sin
que se le agregase ninguna leyenda. Recién en 1920, por decreto del
Ministerio de Guerra, se incluyó la frase "Por la razón o la
fuerza", en homenaje a O'Higgins. Los hechos prueban que el lema,
que ya forma parte de nuestra tradición, jamás fue pensado en un
sentido internacional desafiante. Sólo ha representado el orden y la
cohesión interna en la voluntad de ser independientes.
Cuando un político
propone alterar el escudo, hay que volver una vez más a Platón y su
predicamento de que los filósofos deben gobernar las ciudades
estados, ajenos a las ambiciones personales, buscando sólo el deber
y los honores, y desarrollando su ciudad "de acuerdo con sus
leyes"."
Sergio Villalobos
Anexo I: Legislación sobre la bandera,
el escudo de Chile
y su lema actual
Ley de 24 de junio 1834,
que creó el actual escudo de armas de la República. En artista Carlos Wood presentó
la primera versión gráfica de este escudo que originalmente no iba a
llevar la frase "Por la
Razón o la Fuerza".
Según su
texto:
"Por
cuanto el Congreso nacional con arreglo a la Constitución ha discutido y
acordado el siguiente proyecto de ley:
El escudo de armas de la República presentará, en campo cortado de azul y
de gules, una estrella de plata; tendrá por timbre un plumaje tricolor de
azul, blanco y encarnado, y por soportes un Huemul a la derecha y un Cóndor
a la izquierda, coronado cada uno de estos animales con una corona naval de
oro".
Sin embargo, la Ley de Inscripción Monetaria
del 14 de octubre de 1834, dispuso que los cuños con la imagen del escudo
patrio lleven en la base del mismo el lema "Por la Razón o la Fuerza".
Imágenes alusivas a estas inscripciones monetarias perduraron en varias
versiones numismáticas, algunas de las cuales pueden encontrarse hoy
día sobre las puertas de acceso a la casa central del Banco del Estado de
Chile, en Alameda Bernardo O'Higgins entre las esquinas de Bandera y Morandé.
Además, la versión que aparece del Escudo Nacional en el Boletín de
Gobierno de 1834 (Libro VI, página 110), sí incluye el lema en cuestión,
demostrando que formaba parte del criterio oficial ya entonces.
Tan
posicionado estaba este lema, ya entonces, que el 4 de julio de 1854, el
Ministro de Guerra y Marina Pedro Nolasco
Vidal, declaró en una de sus disposiciones sobre la bandera presidencial:
"Lleva en el pabellón
la única adición de este escudo de armas, colocado en la conjunción de los
dos colores blanco y rojo, hacia la medianía de la bandera o pabellón. Tiene
por lema: Por la Razón o la Fuerza".
La Ley 2.597 de 11 de enero
de 1912, del Ministerio de Guerra, dice sobre colores y proporciones de la
bandera nacional, de la banda presidencial y de la cucarda:
"Por cuanto el Congreso
Nacional ha dado su aprobacion al siguiente PROYECTO DE LEI:
ART. PRIMERO.- La Bandera
de la República de Chile, se compondrá de los tres colores azul
turquí, blanco i rojo combinados del modo siguiente: la bandera
se dividirá en dos fajas horizontales de igual anchura; la faja
inferior será roja, i la faja superior será azul en su tercera parte
inmediata a la vaina, i blanca en los dos tercios de su vuelo, con una
estrella blanca de cinco picos en medio del cuadro azul. El diámetro
de la estrella será igual a la mitad de un costado del cuadrado
azul. Las proporciones de la bandera son: en la vaina, dos tercios de
su vuelo.
ART. 2.°- La Banda
Presidencial se compondrá de tres fajas horizontales de igual anchura,
de las cuales serán: azul la del borde superior, blanca la del centro
i roja la faja la del borde inferior.
ART. 3.°- Siempre que los
colores nacionales se usen verticalmente, deberán ir: el azul a la
izquierda, el blanco al centro, i el rojo a la derecha; i siempre que se
usen horizontal o diagonalmente, ocuparán: el azul la parte superior, el
blanco el centro i el rojo la parte inferior. Las cucardas o escarapelas
tendrán: azul el centro, blanca la segunda faja i roja esterior, con una
estrella de plata en el centro azul."
El Decreto de guerra 2.271,
de 4 de septiembre de 1920, fijó el modelo oficial para la confección del
Escudo Patrio y el Decreto 3.327 del Ministerio de Hacienda, el 22 de agosto
de 1964, al referirse al diseño del billete de un escudo, dice:
"En los cuatro ángulos, la
cifra "1" colocada en forma vertical. Al lado izquierdo, opuesto a la marca
de agua y dentro de un óvalo ornamentado, el Escudo Nacional con la leyenda
"Por la razón o la fuerza"."
El Decreto Nº
1.534, de 18 de octubre de 1967 del Ministerio de Interior, Determinó los
emblemas nacionales y reglamenta su uso (este decreto desmiente a todos los
farsantes que aseguran que "por ley" el Escudo Patrio "no llevaría la
frase Por la Razón o la Fuerza" aludiendo sólo la Ley de 24 de Junio
1834). Fue publicado en el Diario Oficial Nº 26.915, de 12 de
diciembre de 1967:
"Y CONSIDERANDO
1.- Que el 18 de
septiembre del año en curso se cumple el sesquicentenario de la creación
de la actual bandera nacional, instaurada bajo el gobierno del Director
Supremo, Capitán General don Bernardo O'Higgins, por decreto del
ministerio de guerra de 18 de Octubre de 1817, siendo Secretario de Estado
en esa cartera el Coronel don José Ignacio Zenteno;
2.- Que hay
conveniencia de promover el buen uso de los emblemas nacionales y procurar
que sean considerados con respeto por la ciudadanía;
3.- Que los emblemas
nacionales reciben la influencia en su uso que la costumbre del pueblo le
impone, lo que hace necesario reglar y orientar dicho uso;
4.- Que las
circunstancias de que las disposiciones legales y reglamentarias vigentes
sobre la materia estén diseminadas en multitud de textos dictados en
diferentes épocas hace difícil el conocimiento de todas ellas, y es
necesario, por tanto, su recopilación, y
5.- Que esta
recopilación debe reactualizar y refundir con beneficio general tales
normas,
DECRETO:
Artículo 1°.- Los emblemas nacionales
son el Escudo de Armas de la República, la Bandera Nacional, la Escarapela
o Cucarda y el Estandarte Presidencial o Bandera Nacional Presidencial.
El Escudo de Armas presenta una estrella de plata de cinco picos al centro
de un campo cortado, azul turquí el superior y rojo el inferior y su forma
es la fijada por el modelo oficial aprobado por decreto de Guerra N° 2.271
de 4 de septiembre de 1920, conforme a la ley, y el cual, además, tiene
por timbre un plumaje tricolor de azul turquí, blanco y rojo; por soportes
un huemul rampante a su derecha y un cóndor a su izquierda en la posición
que fija ese modelo, coronado cada uno de estos animales con una corona
naval de oro; y por base un encaracolado cruzado por una cinta con el lema
"por la razón o la fuerza", todo en conformidad al referido modelo.
La Bandera Nacional es igual en la vaina a dos tercios de su vuelo y se
compone de los colores azul turquí, blanco y rojo combinados del modo
siguiente: Se divide en dos fajas horizontales de igual ancho, la faja
inferior es roja y la superior azul turquí en tercera parte inmediata a la
vaina y blanca en los dos tercios restantes de su vuelo. con una estrella
blanca de cinco picos en medio del cuadro azul. El diámetro de esta
estrella es igual a la mitad de un costado del cuadro que ocupa.
La Escarapela o Cucarda tiene azul turquí al centro, blanco la segunda
faja y roja la exterior, con una estrella de plata en el centro azul.
El estandarte presidencial se forma con la Bandera Nacional y el Escudo de
Armas de la República bordado sobre sus colores en el centro del paño.
Artículo 2°.- Con excepción de los días 21 de mayo y 18 y 19 de septiembre
de cada año, en que deberá izarse obligatoriamente y al tope, ninguna
persona ni reunión de personas podrá usar en público y enarbolar en los
edificios públicos o particulares la Bandera Nacional sin la
correspondiente autorización.
Los Intendentes y Gobernadores podrán ordenar o permitir el uso o
izamiento al tope o a media asta de la Bandera Nacional en el territorio
de su jurisdicción, con autorización previa del Ministerio del Interior,
en aquellos casos en que haya motivo justificado, pudiendo hacerla
extensiva al uso o colocación de los demás emblemas nacionales, sin
perjuicio de lo establecido en el artículo 8° del presente decreto y del
libre uso de la escarapela o cucarda.
Artículo 3°.- En el exterior de los edificios o construcciones, la Bandera
Nacional se expondrá en ejemplar de tamaño proporcionado en buen estado de
conservación y limpieza. Se la enarbolará en un asta de color blanco, cuya
longitud no será inferior a cuatro tercios de su vuelo de izada al tope,
salvo el caso de lo dispuesto en el inciso tercero de este artículo.
Cuando no fuere posible izarla en un asta o mástil, se la colocará
extendida totalmente en forma horizontal o vertical, debiendo quedar en
ambos casos, el cuadro azul en la parte superior y a la izquierda del
espectador.
En circunstancias que se expidiere autorización competente para izar la
bandera en señal de duelo, ésta se colocará en el asta, sin lazo ni otro
complemento, separada del tope o moharra, en forma tal que el centro de su
vaina quede a una distancia de éste no mayor que la mitad del largo del
mástil. En caso que no se use asta, sólo se le adicionará a la bandera un
crespón negro, en el ángulo superior inmediato a la vaina, en forma que no
cubra la estrella.
Artículo 4°.- Si la Bandera Nacional hubiere de acompañarse de pabellones
de otras naciones, se procederá como sigue:
a) Cuando sólo sea uno el pabellón extranjero se la ubicará a la izquierda
del espectador.
b) Si está acompañada de un número par de pabellones extranjeros, ocupará
el centro de ellos.
c) Si se coloca junto a un número impar, ocupará el primer lugar al lado
izquierdo del espectador, u otra ubicación en forma que destaque.
d) En todo caso, el ejemplar expuesto de la Bandera Nacional no podrá ser
inferior en tamaño a los demás, ni colocarse a menor altura que éstos.
Artículo 5°.- Cuando fuere preciso izar y arriar la Bandera Nacional en
alguna ceremonia con concurrencia de banderas extranjeras, se la izará la
primera y se la arriará la última.
Artículo 6°.- Siempre que los colores nacionales azul turquí, blanco y
rojo se usen en forma conjunta y vertical, en franjas paralelas, éstas
serán de igual ancho y deberá ir el azul a la izquierda del espectador, el
blanco al centro y el rojo a la derecha; y siempre que sean usados
horizontal o diagonalmente, ocupará el azul la parte superior, el blanco
el centro, y el rojo la parte inferior.
Si se emplean en forma concéntrica, el azul ocupará el centro y el rojo el
exterior.
Artículo 7° .- El uso de los emblemas nacionales por las instituciones de
la Defensa Nacional y por el Cuerpo de Carabineros de Chile se ajustará a
las normas reglamentarias de su competencia.
Su uso por los establecimientos educacionales se regulará conforme a las
disposiciones de este decreto, y el uso que de ellos se haga en
embarcaciones particulares, por las que dicte el Ministerio de Defensa
Nacional.
Artículo 8°.- El Estandarte Presidencial es exclusivo y se enarbolará sólo
en el lugar en que se encuentre el Presidente de la República
Artículo 9°.- La violación de lo preceptuado en los artículos precedentes
autorizará al Intendente o Gobernador para ordenar el inmediato retiro del
emblema, sin perjuicio de las sanciones que establezcan al respecto las
leyes.
Si la violación se hiciere con ánimo de ultraje, la sanción se sujetará a
lo dispuesto en su caso por la ley de Seguridad Interior del Estado o el
Código de Justicia Militar.
Anótese, tómese razón, comuníquese y publíquese.
Eduardo Frei Montalva
Bernardo Leighton G.
Juan de D. Carmona
Constitución Política de la República de Chile de 1980, establece en su
Artículo 2º:
"Son emblemas nacionales la bandera nacional,
el escudo de armas de la República y el himno nacional".
Luego, el Artículo 22º exige:
"Todo habitante de la República debe respeto a Chile y a sus emblemas
nacionales".
El
mito entreguista de que la frase "Por la Razón o la Fuerza"
fue introducida en la simbología nacional aludiendo a la Guerra del
Pacífico, se convierte en motivo de mofa entre quienes están
familiarizados con piezas numismáticas como la que aquí se observa,
correspondiente a la moneda chilena de un peso en circulación en
1878. Es decir, ANTES de que comenzara el conflicto.
Anexo II: Iniciativa legislativa para obligar
al uso de símbolos patrios
El siguiente artículo fue tomado
de la página oficial de la Cámara de Senadores del Congreso Nacional (www.senado.cl),
publicado el 26 de enero de 2007 por el Departamento de Prensa
Valparaíso:
"El Estado de Chile no
podrá usar logotipos distintos a los emblemas patrios que establece
la Constitución.
Así lo dispone una moción
presentada por un grupo de senadores de la Alianza que pretende
uniformar el simbolismo empleado por el gobierno, estableciendo sólo
el uso del escudo de armas o la bandera nacional.
La necesidad de uniformar
los criterios en torno al simbolismo empleado por el Estado de Chile
y sus administraciones, mediante el uso de los emblemas del escudo
de armas o la bandera nacional, acompañadas de la expresión Estado
de Chile, propusieron los senadores José García, Hernán Larraín,
Sergio Romero, Baldo Prokurica y Juan Antonio Coloma.
Los parlamentarios
señalaron que “durante los tres últimos períodos presidenciales, se
ha hecho usual el empleo de un logotipo distinto de aquellos
señalados por la Constitución como emblemas nacionales”.
Aclararon que “dicha
situación se justifica para las empresas privadas donde es usual el
cambio de imagen según lo decidan los propietarios actuales de la
compañía. Sin embargo, el Estado de Chile y su gobierno se
encuentran subordinados a la voluntad popular, debiéndose
exclusivamente a ella, con independencia de sus electores”.
Por lo tanto, los
legisladores aseguraron que “no corresponde simbolizar los actos
públicos con un logotipo de la administración de turno”.
Manifestaron que “nuestra
Constitución dispone claramente la existencia de sólo 3 emblemas
patrios: la bandera, el escudo de armas y el himno nacional. Dichos
elementos son signos sensibles con los que la Nación se identifica,
pues representan su pasado, presente y futuro, como también, la
determinación de identificarse con ellos como pueblo soberano”.
Por estas razones,
recalcaron que “la Constitución establece el respeto de todo
habitante de la República debe a Chile y a sus emblemas nacionales”.
De este modo, “si los poderes del Estado son tres, no se comprende
por qué el Poder Ejecutivo es el único que haya optado por
establecer un logotipo distinto de los emblemas nacionales y
diferenciarse así de los otros dos, que en sus actuaciones oficiales
siguen empleando el escudo patrio”.
Los parlamentarios autores de
la moción puntualizaron además que “debe existir conciencia sólida y
vasta en orden a respetar, con actitudes y expresiones de anhelos, los
símbolos de Chile, porque representan espiritual y materialmente, además
de histórica y proyectivamente, lo más noble y perdurable de la comunidad
nacional”."