AL SENADOR DESIGNADO EDGARDO BOENINGER K.
AL SENADOR
DESIGNADO EDGARDO BOENINGER K.
(24-3-1998)
Señor Senador
Designado
don Edgardo Boeninger K.
VALPARAÍSO
Sr. Senador:
El día 2 de enero pasado, en entrevista publicada en el diario La Nación, a la periodista que le preguntó sobre las perspectivas de aprobación en el Senado del tratado de Campo de Hielo Sur, usted respondió textualmente lo siguiente: "Ojalá se apruebe. Parece difícil que esto suceda en Argentina, pero creo que no hay que cejar ahora los esfuerzos para lograrlo. Como solución es la que más conviene a nuestros intereses, sin perjudicar los de Argentina. Por lo tanto, para un futuro de integración, la eliminación del último elemento de fricción entre los dos países tiene mucha importancia. Y a mí personalmente no me importan para nada unos pocos kilómetros más o menos en Campo de Hielo".
Con esta afirmación, usted sigue la huella de Gabriel Valdés, Jaime Gazmuri e Ignacio Pérez Walker, quienes, integrando la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, votaron a favor de Argentina, aceptando la proposición de la poligonal en Campo de Hielo Sur. Es su ingreso al club de los políticos argentinistas que hay en Chile y que tanto mal hacen a nuestra patria. Debiese usted saber que esa poligonal no corresponde a un tratado: es simplemente un trazo arbitrario de un argentino que aparece en la Declaración de Límites de 1991, por lo que no es otra cosa que una declaración de intenciones.
Nos permitimos recordarle que Campo de Hielo Sur es territorio chileno ratificado por el Laudo de 1902. Ningún país modifica voluntariamente sus fronteras y Chile no tiene por qué hacerlo. Constitucionalmente existe un Gobierno, un Congreso y unas Fuerzas Armadas que tienen la obligación de defender nuestro territorio.
Su mera afirmación del 2 de enero ya citada lo descalifica para ocupar en asiento en el Senado, donde creemos que deben estar chilenos bien calificados, sin importar su condición social ni militancia política o religiosa, y en cuyas venas corra sangre de amor a Chile.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua, en su vigésima edición de 1984, tomo II, página 1.328, segunda columna, define "alta traición" como "la cometida contra la soberanía, contra el honor, la seguridad y la independencia del Estado". Sin duda, este calificativo puede emplearse para definir a muchos políticos chilenos.
Usted declara que no le importan unos kilómetros más o menos, lo cual revela su profundo desprecio por nuestra patria. Afortunadamente, existen en Chile miles de ciudadanos patriotas que nada tienen que ver con usted; por ejemplo, le mencionamos al Teniente de Carabineros Hernán Merino Correa, asesinado vilmente por Gendarmería Argentina en Laguna del Desierto en 1965, sólo por defender unos metros más de nuestra patria.
Por lo tanto, señor Boeninger, en beneficio del país, le solicitamos su renuncia al cargo de senador designado y a la dieta correspondiente, pues el patriotismo no es exclusividad de ningún político, como lo han probado distintos senadores como Exequiel González Madariaga, radical de izquierda, y don Hugo Zepeda Barrios, liberal de derecha, quienes fueron ejemplo de amor a la patria y sus vidas, consecuencia de ello.
Nosotros amamos a nuestra patria, la respetamos, la protegemos y tratamos de engrandecerla; sin embargo, al interior de ella tenemos que luchar con ejemplares como usted.
Jorge Figueroa
Cruz - Presidente
Benjamín González Carrera - Secretario General