La CORPORACIÓN DE DEFENSA DE LA SOBERANÍA ha cumplido cerca de medio siglo desarrollando actividades y estudios sobre fronteras y límites chilenos, lo que nos ha legitimado como la más antigua organización ciudadana dedicada al resguardo de la soberanía territorial y patrimonial del país.

Nacemos luego del rechazo a los acuerdos suscritos a partir de 1960 entre el Estado de Chile y la República de la Argentina, a propósito de los problemas limítrofes que esta nación vecina había levantado sobre territorios chilenos como Palena y el Canal de Beagle. La situación llevó a un grupo de destacados nacionalistas, historiadores y dirigentes de distintas bancadas políticas de la época, a agruparse en torno a un comité autodenominado PATRIA Y SOBERANÍA, que representara el interés nacional atropellado por el Estado y que, con profética visión de futuro, pronosticó todas las adversidades que en la práctica acarrearon para Chile estos nefastos acuerdos diplomáticos y otros por el estilo.

Nuestra estructuración y debut formal no será, sin embargo, hasta en 1965, cuando PATRIA Y SOBERANÍA comienza su mayor actividad en reacción a los gravísimos incidentes de ese año, luego de que gendarmes argentinos invadieran Laguna del Desierto y dieran muerte al Teniente de Carabineros Hernán Merino Correa, figura símbolo de nuestra causa. De inmediato comenzamos a aglutinar las voces dispersas de nuestros compatriotas defensores de Chile, en una actividad que no se detuvo, continuando hasta hoy.

En 1984, y tras un receso por el clima sin amenazas directas generado en apariencias por la Mediación Británica por el diferendo chileno-argentino del Canal Beagle, el Comité comienza a reestructurarse al saberse en Chile de las infinitas regalías que iban a otorgársele a la Argentina por el tratado del año siguiente. Reaparecemos, de este modo, con el nombre de COMITÉ DE DEFENSA DE LA SOBERANÍA. En 1996 nos convertimos oficialmente en Corporación.

Por todas estas décadas, nuestra CORPORACIÓN ha defendido la integridad territorial e histórica de nuestro país desde las arenas cívicas, investigativas y judiciales. Hemos hecho uso de todos los mecanismos legítimos posibles y nunca nos hemos cruzado de brazos, a pesar de los amargos resultados que suelen tener las políticas de relaciones exteriores de nuestros distintos gobiernos.

Amparados sólo por la fuerza de los hechos, la CDS ha debido enfrentar al entreguismo de todos los gobiernos de turno, recibiendo muchas veces ataques oficialistas, calumnias y juicios en nuestra contra. Prácticamente todos esos respectivos gobiernos nos han acusado de ser "opositores", cuando nuestra oposición está dirigida única y exclusivamente al más vil de los actos: la entrega de territorio patrio.

Nuestros adherentes provienen de todas los sectores políticos, sociales, culturales, civiles y militares de Chile; no nos importa su credo, su ideología política ni sus militancias. Somos una instancia pluralista, de respeto por la diferencia y de unión en la igualdad, es decir, en el AMOR A NUESTRA TIERRA.

Hemos ofrecido, así, nuestros esfuerzos ante esta dura realidad, de una Patria atacada desde su interior por intereses mercantilistas y entreguistas, y desde el exterior, principalmente por una geopolítica vecinal expansionista y astuta. Nos oponemos a la primacía de los vicios del mal entendido globalismo y de criterios de mercaderes por sobre los intereses nacionales.

La CORPORACIÓN DE DEFENSA DE LA SOBERANÍA se opuso radicalmente al Tratado de Paz y Amistad de 1984, firmado bajo el Gobierno Militar y en una época en que, al diluirse el temor por una guerra con nuestros malos vecinos del Este, el optimismo y la prisa llevaron a nuestra sociedad a cometer graves errores en su forma de proteger el patrimonio y evitar conflictos. También denunciamos los errores y las fallas del nefasto "arbitraje" para Laguna del Desierto y los acuerdos de 1991 y 1994, anticipando públicamente los resultados adversos con zodiacal precisión. Seguidamente, hemos continuado nuestra lucha contra el acuerdo entreguista de 1998 para Campo de Hielo Patagónico Sur, también previendo con acierto algunos hitos y episodios de este debate.

Entre las recientes acciones más conocidas de nuestra agrupación, se encuentra la presentación de un Requerimiento al Consejo de Seguridad Nacional presentado el 1º de marzo de 1999, abogando por un rechazo al acuerdo entreguista de 1998, sin recibir otra respuesta que el intrigante y pesimista silencio.

Desde fines de los noventa, nuestra organización ha comenzado a operar en la Internet ofreciendo material instructivo y publicaciones, de un modo fácil, sencillo y muy accesible. Actualmente, esta página es objeto de consulta de innumerables historiadores, académicos, periodistas y estudiantes, que acceden a través de ellas a datos y documentos que ahorran largas horas de búsqueda en las bibliotecas o depósitos de archivos históricos.

Desde 1995, se abandonó el nombre de Comité de Defensa de la Soberanía y pasamos ser una Corporación, cada vez más numerosa en chilenos patriotas que se han unido a nosotros. Contamos con miles de adherentes que reciben de nosotros permanente información y comunicados sobre el desarrollo de los litigios limítrofes.

La eficiencia y la actividad efectiva que hemos desarrollado, se debe en gran medida a nuestra independencia y a la estructura de nuestra Corporación, ajena al concepto tradicional de organización tomado de partidos y movimientos políticos regulares. Nuestra entidad está organizada en una mesa directiva para reuniones de asambleas plenas, desde la cual se vierte la comunicación verticalmente hacia el resto de todos nuestros miembros y contactos a lo largo de Chile. De esta mesa, la directiva mayor está compuesta por seis personas que toman directamente las decisiones relacionadas con la organización, y que integran este directorio máximo de manera vitalicia.

Luego de la Asamblea plenaria del día 24 de noviembre de 2007, celebrada en dependencias del Club Providencia, nuestra actual directiva está formada por:

Harold Mesías Placencio: intelectual, reportero y periodista oriundo de Valparaíso, donde trabajó en el diario "La Unión", y luego llegando a ser director de los diarios "El Llanquihue" y "El Austral" de Puerto Montt. Fue uno de los primeros colaboradores del Comité Patria y Soberanía en los sesentas, y uno de los personajes más queridos de la zona. Se le recuerda como un gran defensor de las políticas de desarrollo regional, además de un apasionado por los temas de cultura popular. Falleció en abril del año 2000 provocando un gran dolor tanto en la comunidad de Puerto Montt como en su natal ciudad porteña, donde reposan sus restos. Ese mismo año, el Concurso del Mes del Mar organizado por el Distrito Naval Chiloé con sede en Puerto Montt, patrocinado por "El Llanquihue " y la Gobernación Provincial, instauró un premio con su nombre para premiar el primer lugar.