CAMPAÑA CONTRA PRAT
CAMPAÑA CONTRA PRAT
Despachada a los medios de comunicación
paralelamente a carta dirigida a todos los
parlamentarios el lunes 2 de septiembre 2002.
Publicada en "La Tercera" del 13 de septiembre 2002
Sr. Director:
El Ministerio de Educación, a través del Fondart, se lanzó en picada contra Arturo Prat, primero con una historieta y ahora con una obra teatral, donde se presenta al héroe como un cobarde, bebedor y aterrado con el destino que le espera.
Nadie está interesado en salir tras sus autores, pues sabemos del gusto morboso de esta gente por sentirse perseguidos o censurados cuando ponen la "libertad del arte" a disposición de propagandas doctrinarias, destinadas a escandalizar los "valores burgueses". Es lo esperable, además, de la formación espiritual de las juventudes chilenas tras una década de empeoramiento educacional progresivo.
Sin embargo, es inaceptable que esta cartera financie obras que van contra los propios principios que se le ha encargado difundir, por mucho que la ministra Mariana Aylwin esquive su obligación de revertir el asunto.
¿Acaso habrían seleccionado la historia si, por ejemplo, abordara "el lado humano" de Allende representándolo chillando ebrio y llamando a su madre por los pasillos de La Moneda, minutos antes del bombardeo, como lo hacen con Prat? Varios de los que ahora rasgan vestiduras en favor del proyecto, antes se han escandalizado por alusiones literarias o histriónicas a pasajes oscuros en la vida de Pablo Neruda, Víctor Jara o el mismo Salvador Allende. ¿Cuál es la inmunidad que tienen esos personajes y que Prat no?
Quisiera terminar recordando que en 1985, en la isla de Tajima, la Academia Naval del Japón rindió homenaje a los tres máximos héroes que reconoce: el almirante japonés Togo, el almirante inglés Nelson y al capitán Prat. Nuestra Corporación asistió a la ceremonia representada por uno de sus directores, antecedente que nos hace advertir cuán distinta es la forma en que algunos chilenos tratan a sus propios héroes, áridos en ese honor nipón, pero abundantes en la enfermiza obsesión de inferioridad bakuniana de destruir lo que se es incapaz de crear.
Jorge Figueroa C.
Corporación de Defensa de la Soberanía