CARTA AL CONGRESO NACIONAL: MENSAJE PRESIDENCIAL Y CASOS DE CORRUPCIÓN

CARTA AL CONGRESO NACIONAL: MENSAJE PRESIDENCIAL Y CASOS DE CORRUPCIÓN

Santiago, 1° de junio de 2004

Sr. Presidente del Senado

Honorable Senador Hernán Larraín Fernández 

Sr. Presidente de la Cámara de Diputados

Honorable Diputado Pablo Lorenzini Basso

Presente, 

Estimados señores parlamentarios:

Luego de escuchar atentamente el Mensaje Presidencial del 21 de Mayo de 2004 y haber detectado las tremendas omisiones que en él se hicieron sobre temas fundamentales para el país (como la situación de los jubilados, la seguridad ciudadana, las relaciones exteriores y la corrupción política) hemos decidido enviar hasta Uds. esta carta, con la intención de que sea recibida como una advertencia y un urgente llamado de alerta. 

Partimos reconociendo que, en su discurso, el Presidente Ricardo Lagos Escobar demostró ser un excelente actor, de gran manejo histriónico y un talentoso uso del lenguaje. Sin embargo, como el país no necesita un actor, habría bastado con ver una obra de teatro en lugar de un Mensaje en el que, literalmente, al Primer Mandatario le faltaron conejos para sacar del sombrero, habiendo un punto en particular -de entre todos los omitidos- que merece toda nuestra preocupación: el tema de corrupción, que ha dejado desde hace tiempo en el ambiente una sensación funesta, de que todos roban y nadie resulta responsable ("Teoría del Jarrón"). 

Al igual que el resto de la opinión pública, hemos sido testigos de escándalos insólitos en los últimos años, como el de ENAP, de CODELCO, de ESVAL, de INDAP, del INJ, etc., etc., etc. Algunos de estos casos han resultado emblemáticos, como la millonaria fiesta organizada por el hermano de un diputado socialista que se celebrara en el Ministerio de Salud (cartera que alega no tener dinero ni para parches curitas), precisamente en momentos en que el ministro Osvaldo Artaza paseaba en la TV a la famosa guagua del Plan Auge. O bien, el caso del robo de millones desde CORFO, siendo uno de sus más altos directores, en ese momento, el yerno del propio Presidente Lagos. A estos casos particularmente graves, nosotros agregaríamos los dineros y los tráficos de influencias que -estamos convencidos- corrieron en la descarada entrega de Laguna del Desierto a la Argentina, entre 1991 y 1994, a través de un mecanismo que violentaba absolutamente el derecho internacional y a la propia Constitución Política (¿cuánto valen 560 km.2 de territorio entregado?). En fin, los casos sobran, como sobra también la impunidad en todos estos escándalos. Y, sin embargo, parece ser que este gravísimo flagelo que afecta a nuestro país no ha tenido para el Presidente de la República suficiente importancia como para aparecer señalado en su Mensaje 2004, en el que se ha descrito un fantástico país que, ciertamente, no es el Chile de nuestro diario vivir. 

Lo más grave de esta situación, es que se haya dado sólo días después de la repugnante y vergonzosa votación de la Cámara de Diputados, donde todos los miembros de la Concertación que habían en la sala votaron en contra de nombrar una comisión investigadora para el grosero escándalo MOP-Gate, tal vez uno de los de mayor conmoción pública. Esto demuestra, por sí solo, que altos personeros del actual Gobierno han participado directa o indirectamente del saqueo de arcas fiscales, particularmente en este caso. En otras palabras, hay quienes lisa y llanamente están amparando un robo desde sus cargos públicos, lo que los hace cómplices. 

Como miembros de una organización cuyo trabajo nos obligó a observar con especial atención el fenómeno de destrucción moral y política que se dio en la Argentina, durante los últimos años, nos sentimos en la obligación de advertir a los honorables Senadores y Diputados de la República del peligrosísimo camino que podría estar tomando la política chilena producto de los hechos que hemos descrito. La hasta ahora progresiva decadencia del vecino país empezó, precisamente, cuando comenzaron a influir sobre su política regular mafias y redes de corrupción con nexos directos sobre el Gobierno, al punto de permitirse el enriquecimiento de altos dirigentes amparados en la complicidad de parlamentarios y de los Tribunales de Justicia, politizados al extremo de salirse de su esquema estrictamente jurídico para garantizar la impunidad de los implicados. La corrupción y la inoperancia, de esta manera, eran la primera señal de avalancha, la que acabó cayendo irremediablemente sobre ese país. Si esta sombría situación todavía no le suena familiar, recordamos a los honorables parlamentarios chilenos que uno de los primeros escándalos que pusieron en evidencia el gravísimo nivel en que se encontraba la probidad y la honestidad de los políticos argentinos, fue la polémica revelación de que al interior de las cámaras circulaban "incentivos" en dinero, para manipular el trabajo de los legisladores en favor de oscuros intereses. 

Salvo por honrosos casos individuales, tenemos en Chile un Parlamento que, en general, se muestra sin visión de Estado, lo que le hace susceptible y vulnerable a esta clase de peligros. De alguna manera, tal tendencia ha quedado expuesta ante su incapacidad de defender los intereses del país, como ocurrió al aceptar la revisión de la frontera en Campo de Hielo Patagónico Sur con el Acuerdo Parlamentario de 1998, absolutamente inconstitucional, basado en triquiñuelas jurídicas y hasta en la adulteración de antecedentes históricos. El sectarismo y la complicidad con que se votó recientemente en la Cámara Baja contra una comisión investigadora, también lo confirman. 

Tan lamentable proceso de "argentinización" de la política chilena, es evidencia de un oscuro porvenir para nuestra nación que está en vuestras manos controlar y revertir. 

Atte. a Uds. e invitando a respondernos por escrito a quienes se interesen, 

CORPORACIÓN DE DEFENSA DE LA SOBERANÍA 

Jorge Figueroa Cruz - Presidente
Ramón Arrau Merino - Vice Presidente
Benjamín González Carrera - Director 

P.D.: Nos hemos enterado que los dirigentes de los jubilados chilenos llamarán a anular el voto en las próximas elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales, como ya lo hacen varios cientos de miles de chilenos en cada proceso eleccionario. Para qué hablar de los dos millones de jóvenes que libre y voluntariamente han decidido marginarse del electorado, precisamente por su incredulidad en las clases políticas (¿tendrán razón?). Este fenómeno de apatía general es similar al que se observa hoy en Argentina. 

P.D.2: También ofrece analogías con el caso argentino el aborrecible espectáculo de ver a 56 Diputados, supuestos representantes del pueblo, votando en bloque en el Congreso a favor de la impunidad de sus camaradas y superiores de La Moneda, implicados en casos de corrupción.


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