GRITO DE INDEPENDENCIA

GRITO DE INDEPENDENCIA
Publicado en revista "Qué Pasa", edición del 17 al 25 de septiembre 2003

Aunque el gobierno está dispuesto a concederle un grado de autonomía a Rapa Nui, buena parte de los pascuenses quiere ir más lejos y retomar viejas aspiraciones: desde limitar la residencia en la isla sólo para los nativos hasta imponer un rey y crear un país independiente

Luis Concha

La han reclamado franceses, peruanos ultranacionalistas y organizaciones ecologistas y ambientalistas de todo el mundo. Pero por el contrato es de Chile, desde que en 1888 se anexó al territorio nacional gracias a un pacto firmado por el rey de Rapa Nui y el representante chileno Policarpo Toro, que estableció soberanía nacional sobre el terreno, y lo ligó administrativamente a Valparaíso.

Desde entonces los habitantes de Pascua acusan al Estado chileno de centralismo y despreocupación. Dicen sentirse distintos de los chilenos. No sólo por la lejanía, sino por ser una raza distinta: "Tenemos una herencia de 200 o 300 años en nuestro territorio" explica Juan Chávez Haoa, presidente del Parlamento de Pascua, uno de los grupos más radicales de la isla, explicando la lejanía que sienten con respecto de Chile.

Y esta sensación no es sólo emocional, pues se ven en cosas tan domésticas como el envío de una carta o una visita al médico. Una carta desde Rapa Nui a Santiago demora 15 días en promedio, pues viaja en avión a la capital y vuelve a la V Región (ya que pertenece a esa zona), y luego se devuelve a la Región Metropolitana hasta dar con su destinatario. Y en salud, el hospital no cuenta con los insumos necesarios para "urgencias" y los enfermos más graves deben trasladarse al continente sólo los días lunes o jueves, cuando hay vuelos.

Por eso, el estudio del gobierno y del Congreso para considerar a Rapa Nui como un territorio administrativo especial ha caído como una bendición sobre la isla. "Hay voluntad y unanimidad en que esto debe cambiar y se debe dar mayor autonomía al poder local" explica el alcalde Petero Edmunds Paoa. Pero qué significa esta autonomía en términos concretos, cómo han sido tomadas las medidas por parte de los isleños y cuán preparados están para ello, son cuestiones que están por verse. Lo único cierto es que pese a que hay consenso en muchas de las propuestas, la esperanza de los rapanui llega a tal punto que han surgido interpretaciones que no tienen nada que ver con la idea oficial.

Soberanía Pascuense

La idea de la autonomía nació del propio Edmunds, cuando en junio de este año entregó al Ministerio de Interior un proyecto para que la Isla pase a ser un "territorio especial", con Ejecutivo y Legislativo fiscalizados por Interior, la Cámara de Diputados y la Contraloría General de la República. La propuesta se hizo más cercana a fines de agosto, cuando una comisión parlamentaria visitó la zona con el compromiso de echar a andar el proyecto.

El asesor de Edmunds en esta materia fue el científico italiano Franceso de Castri, presidente del Instituto Mundial de Ciencias, quien conoce Chile porque estudió Veterinaria en la Universidad de Chile y ayudó a fundar el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicyt). Además, conoce Rapa Nui porque, como subdirector de Unesco, en 1993, participó en la declaración de la isla como "patrimonio de la humanidad".

Fue él quien le explicó a Edmunds y a las autoridades nacionales el concepto de "territorio especial", el mismo que se aplica en Tahiti desde 1996. Di Castri asegura que "esto no implica ningún cambio político ni de soberanía, y contribuiría fuertemente a la grandeza de Chile a las aspiraciones de penetración cultural y económica en el Asia Pacífico".

Eso es confirmado por el Comité de Defensa de la Soberanía, donde su director, Cristian Salazar, asegura que se han detectado zonas que requieren de autodeterminación, como son las regiones extremas. Agrega que "si no se quiebra la relación con el Estado, son buenos proyectos, pues hay decisiones impuestas desde el gobierno central que son un abuso para los habitantes".

Yo quiero a mi bandera

Los rapanui se desgastan debatiendo el papel que debe cumplir el Estado en su desarrollo. Por un lado está el denominado grupo "Parlamento de Pascua", que tiene ideas independentistas, pues según su líder, Juan Chávez Haoa, "hemos estado anexados por más de 114 años y no hemos conseguido nada".

Son un grupo minoritario, que pretende dar trabajo a la población de la isla a través de la puesta en marcha de programas agrícolas y pesqueros. Chávez asegura que "estamos en proceso para preparar gobierno". Comenzaron a trabajar hace dos años, cuando entregaron los primeros carnés de identidad isleños. Se oponen a la autonomía y aseguran que la autodeterminación es el camino correcto. En caso de que ésta falle, el paso lógico es la independencia. "Si esto no nos ayuda, vamos a pedir la independencia. Por ahora, flamean la bandera de Isla de Pascua y la chilena juntas", amenaza Chávez.

Este mismo grupo es el que, unido a otra fracción disidente llamado "Consejo de Jefes", pidió a la ONU la anulación del contrato pactado entre Policarpo Toro y los dirigentes pascuenses. Según ellos, el Estado chileno nunca ratificó el convenio y por lo tanto la Isla sería un territorio independiente y, según las tradiciones, correspondería la instauración de un rey.

Su blanco de críticas es el propio alcalde Edmunds, a quien acusan de ser "servil". Aseguran que este reciente proyecto de autonomía es una movida política del alcalde para perpetuar su poder. "El alcalde quiere que la Isla sea de él y del Consejo de Ancianos", dice Chávez, quien afirma estar cansado de que al poder siempre lleguen los "amigos".

"¡Qué parlamento! El único que conozco es el de Valparaíso. No hay que hacerles caso", replica Alberto Hotus, consejero de la Conadi y presidente del Consejo de Ancianos, la institución más tradicional de la Isla y que también es criticada por los separatistas.

Aunque más moderados, tanto el Consejo como el alcalde también tienen ideas drásticas que no encajan con la propuestas oficial. Cuando la directora de Derechos Humanos de la Isla, Erity Teave-Hey, aseguró que un punto importante era la emisión de visas para los continentales, Edmunds aseguró que era su prioridad número mil. Sin embargo, hoy explica que está a favor de la iniciativa pues se estima que para fines del 2005, de seguir la inmigración continental, sólo el 30% de los habitantes de Pascua será rapanui. Entonces, "¿queremos conservar esta cultura milenaria, o dejaremos que se extingan, como los onas?", advierte.

También han planteado el cese de la señal de Televisión Nacional. Algo que llama especialmente la atención, considerando que el canal local es propiedad del mismo Edmunds. El alcalde refuta diciendo que la programación de TVN es "basura" y que "con 20 millones, equipo de mejor forma el canal local y negocio con canales culturales como Discovery o ARTV". En todo caso, los habitantes están lejos de aprobar esa moción, pues la mayoría considera la estación local como una "fomedad".

Si eso parece descabellado, lo fue más cuando el propio edil presentó una casona de dos pisos cedida por Bienes Nacionales en Santiago, que Edmunds pretende transformar en "embajada" de Pascua en el continente, con bandera y todo. El primer piso sería una oficina dedicada a asuntos administrativos y el segundo una casa de acogida para estudiantes rapanui. "Restaurar la casa -que aún está cubierta de polvo y vidrios rotos- nos cuesta $60 millones, pero a fin de mes viajo a Estados Unidos para ver si alguien nos quiere financiar".

Al convenio con la Unión Europea para instalar un centro de estudios biológicos patrocinado por el gobierno de Italia y la Unesco se suma a la idea de transformar la Isla en un paraíso fiscal libre de impuestos. Aunque gran parte de la población pascuense apoya el proyecto, no todos están de acuerdo: "Me parece malo, en el sentido de que circulen capitales sin ninguna restricción, eso atentaría contra la cultura de la Isla", asegura Di Castri.

Claro que estas ideas, sobre todo las de expansión económica, topan con un gran problema. Al ser declarada patrimonio de la Humanidad, sólo el 18% del territorio insular quedó en poder de los rapanui. El resto es una especie de museo, que se rige por reglas estrictas a la hora de la conservación. Por eso, no hay grandes hoteles ni un desarrollo turístico acorde con sus capacidades. "Para nosotros no trajo nada, sólo problemas, porque el que viene, trabaja y se lleva cosas; prueba de ello es la venta de moais en Miami", explica Chávez Haoa. Idea similar tiene el alcalde Edmunds, quien asegura que "esto significa sólo el título, pues la humanidad no le pone plata y es el Estado el que tiene que cargar con la conservación y la mantención de los sitios, en desmedro de la propia población".

Ahí está uno de los puntos más graves en este momento: la conservación de sus recursos arqueológicos. Esto ha enfrentado a las autoridades de la Isla y del Consejo Nacional de Monumentos en una seria discusión, que comenzó con un proyecto de Unesco Japón. "Este patrimonio es manejado por una mafia, donde ellos programan los proyectos y toda la plata se les va en viajes y hoteles; son unos verdaderos Corleones", reclama Edmunds. Y según la nueva institucionalidad que se le pretende dar a la Isla, ésa sería la misión del Consejo de Ancianos, institución que se haría cargo de mantener los recursos naturales y el Parque Nacional Rapa Nui. "Si el Consejo es el dueño de la Isla, nos corresponde", explica Hotus.

De todas formas, un reciente referendo, realizado entre más de mil habitantes del territorio, aseguró que los isleños prefieren la autonomía a la independencia. Los mismo confirman en la alcaldía y el Consejo de Ancianos. Incluso los separatistas aseguran que cualquier chileno que quieran aportar "va a ser bienvenido con coronas de flores". El caso es que los originarios están agradecidos de no haber sido exterminados y de que su cultura no se esté acabando, como en la Polinesia.

Por eso, aseguran que quieren conservar su tradición y que buscan más independencia. No dejarán de realizar ramadas y fondas para estas Fiestas Patrias ni de colgar la bandera en sus casas, como la ley lo exige: "Tenemos más demostraciones de patriotismo que en Santiago, pero como en toda sociedad, siempre hay gente que piensa distinto", concluye el alcalde.

Territorio especial

La Isla de Pascua es un territorio de aproximadamente 160 kilómetros cuadrados y su población, según el censo del año pasado, es de 3 mil 800 habitantes. Pero de ese número, el 60% es de nativos y el resto, continentales, pues durante la última década casi el 50% de los rapanui decidió emigrar buscando mejores condiciones de vida hacia Valparaíso y Santiago en Chile, Tahiti en la Polinesia, Nueva Zelanda y Hawaii. La idea es que la isla deje de pertenecer a la Región de Valparaíso. Para reemplazar las autoridades está contemplada la creación de un Poder Ejecutivo, unipersonal, que elegirá a los 35 servicios locales que existen en el territorio: salud, vivienda, educación, desarrollo indígena o medio ambiente, entre otros. Asimismo, se planea crear una Asamblea, que no participaría como un Legislativo propiamente tal, sino como un consejo municipal ampliado que fiscalizará las labores del Ejecutivo y que dependerá de la Contraloría General de la República y del Legislativo, pues sería fiscalizado por la Cámara de Diputados. En tanto, otras labores propias del Ejecutivo, como la defensa, la seguridad interior, las policías o las relaciones exteriores seguirán ligadas con el poder central, pues el Ejecutivo pascuense estaría ligado -en términos de funcionamiento- con el Ministerio del Interior. El Ejecutivo está estudiando el tema, pero todos los involucrados concuerdan en que la voluntad política existe.


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